lunes, 2 de junio de 2025

La invasión

 

Cuando observamos cómo andaban paseándose con tan singular desparpajo, o bien con actitud de procesión litúrgica, de rito insolente, en fila india de indios americanos del norte/USA (esta tontuna nos viene de las “pelis”), cundieron repentina alarma y movilización, zozobra y acciones ad hoc, toque de carga inmediata y otras decisiones cuyo apresuramiento estaba plenamente justificado por la urgencia del caso.

Y es que, estupenda que es Cádiz, no obstante en diversas ocasiones nos hemos planteado (a guisa de ensoñación futura, de propósito a realizar en la siguiente reencarnación) la resuelta, y si se quiere, aventurada, opción de vivir en Islandia.

-¿O en el pueblecito noruego ese que aquí ya se ha citado?

 Allá donde el clima frío, o con ello contamos, es la panacea definitiva que excluirá por completo esta obstinación, esta pesadilla con la que, entre otras vicisitudes, se ha estrenado este verano, este junio que viene de calor, turismo insensato, inmisericordes carestías, política -como siempre- cochambrosa y, por si algo faltaba, esta visita invasora y molestísima que nos hacían las hormigas.

 

La brigada de exterminio, el operativo correspondiente, la utilización profusa y adecuada del eficaz material de combate y defensa han ido surtiendo efecto ejemplar en sus resultados y en lo breve de un tiempo que merece nuestro aplauso y reconocimientos.

Algo recuperados, procedemos a calmar desasosiego tanto, con la fórmula magistral de Maritere, en su cumpleaños: sorbete de cava y helado de limón. ¡SALUD!      

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