Patético payaso maquillado
de manera tan
torpe que no puede
camuflar la
basura que le quede
aún por
ocultar, a lado y lado.
Sólo
engañaste a los que se dejaron
y, envueltos
en tu pringue, te seguían;
inútil ya tu
estúpida porfía,
tu ilimitada
carga de descaro.
¿Con pómulos
teñidos de marrón
vas a pedir
disculpas que no sientes
y esa máscara
que a todas horas miente
hacer pasar
por pena y decepción?
Agitando el
pendón
del miedo de “que
viene la derecha”,
tienes a tu
parroquia intoxicada.
Mas,
farfullando endechas,
tu plumero,
desde las barricadas,
es sórdida
ficción.
Tus fechorías
serán estudiadas
en los
tratados que sobre la infamia
redacten los
escribas.
La charada de
tus bufonadas,
tus pactos de
perversa poligamia
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