sábado, 31 de mayo de 2025

Misterios y socaliñas

 

Cualquiera de Uds. ya conocerán por experiencia propia y dolorosa el laberinto incomprensible y deplorable en el que las “maquinitas” de nuestra todopoderosa tecnología cotidiana nos sumergen “sin arte ni parte por nuestra parte”.

Esto ocurre porque su alardeada omnisciencia incluye, que sí, que sí, espectaculares renuncios y patinazos. Y así, un día indeterminado, sin haberse producido provocación alguna, ese Facebook de nuestros pecados se niega a funcionar, argumentando que de repente no reunimos los requisitos requeridos para expresarnos en tan selecto club. A pesar de que somos el mismo usuario desde nuestro personal debut (año 2013 de nuestra era) y que sólo los escarmientos del vario desengaño que se derivan del tiempo transcurrido habrán podido matizarnos en lo esencial. Que de lo accesorio, ya los calendarios se encargan.

Cuando se restablezca del todo como aceptable nuestra corporeidad, ahora en entredicho, seguramente el patio seguirá en creciente manga por hombro; y quién va a acordarse, imagínense, del Tito Bernie.   

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