martes, 11 de abril de 2023

Sonidos de refresco

 

Sabemos que, en los racimos, las cerezas se enganchan entre sí y tiran unas de otras. Si no, ya me corregirán los frugívoros.

De forma parecida, de una sugerencia “made in” I. Cortázar, amigo histórico, nativo de ese Baracaldo, grato y cordial, ha partido mi curioseo personal sobre Richard Bona, intérprete de diversos instrumentos musicales, compositor de melodías felices y voz y talento a juego, que su biografía refiere y remarca desde su niñez en Camerún.

Con los resultados admirables de un carrerón múltiple y fecundo, con el modo cariñoso con el que trata a sus bajos de cinco cuerdas, este señor nos abre el oído a satisfacciones de refresco, demostrando una vez más la resplandeciente variedad del mundo, la belleza que pueden contener los sonidos del habla de pueblos que no conocemos y el largo milagro del lenguaje articulado.

Y desde ahí, dando otro paso azaroso, me veo entrando luego por “un jardín de senderos que se bifurcan” (como decía el ciego argentino genial) y yendo a dar con Charlotte Dipanda, con Hervé Nguebo, quienes refuerzan lo que hoy escribo y nos dejan en la certidumbre resignada, no hay otra, de que 1000 vidas se nos quedarían cortas. Vaya por Dios.       

No hay comentarios:

Publicar un comentario