jueves, 6 de abril de 2023

Las líneas de flotación

 

Hago una pausa en la lectura

de este libro serio, exigente,

para descanso de la vista,

para sosiego de la mente,

porque me llaman la hermosura

de esta luna que tengo enfrente

y su lenta danza de artista

que inicia un mutis decadente.  

(En pocos minutos rebasa

la línea oscilante del toldo.

En calma y silencio la casa,

en un compás de espera: me amoldo.)

 

Desde el porche o en la ventana,

me demoro en el paso del Tiempo,

de unos momentos que van huyendo

de siete a ocho de la mañana.

 

Regreso al libro de Federico

(que no es Losantos, que no es Lorca:

es Nietzsche, este Federico.)  

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