viernes, 8 de octubre de 2021

El remedo de los corsarios

 

Con un burdo disfraz de “progres”, se empeñan en seguir la estela de negras secuelas que en Cuba, Venezuela, Nicaragua, mantienen sus respectivos y mafiosos sátrapas.

No es que ignoren tales ruinas. Es que eso mismo favorece su infame condición de gobernantes parásitos, de chulos que se reservan los resortes del ventajista y, como tramposa cobertura de sus desmanes, van repartiendo trozos, o migajas, de la tarta, subvenciones, vaselina con la que engrasar y anestesiar al personal, fomentándole la impotencia, la negligencia y la consecuente sumisión; anulando cualquier brote de rechazo a fuerza de azuzar las envidias y los rencores DE CLASE (con esa tóxica jerga teorizan) contra los ricos que, claro, son el demonio sobre la Tierra; o simplemente los que con su esfuerzo y su trabajo procuran salir adelante y cuyos bienes saquean con mentirosas “medidas sociales y democráticas”.

No merecen el aura legendaria, aventurera de un relato de Conrad o Kypling: son solamente el bastardo y barato remedo de los corsarios que asaltaban en la alta mar a los navíos, para despojarlos y medrar con el botín.

 

Observad, paisanicos: bajo el manto de esta FALSA izquierda, hay verdadera mierda.                                                                 

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