sábado, 2 de octubre de 2021

A los irritados

 

Que no, que no: que ni “SOLDADAS” en el ejército, ni “PERITAS AGRÓNOMAS”  en el campo, ni “BUZAS” en el fondo del mar.

Como tampoco quiero “PERSONOS”, que ya hay gilipolleces de sobra.

Puede que la RAE, también frágil por lo humana, también víctima de las tentaciones del demonio, baje el listón, se vuelva elástica, perdonavidas, pague un precio (alto) en el compromiso de amparar con ecumenismos dudosamente presentables la facilidad, la comodidad, los hechos consumados y sus renuncias.

Y que en esas delicadas, arriesgadas, malabares vueltas de tuerca se deje pelos numerosos en la gatera, que no dejará de ser otro ejemplo de la lenidad coyuntural/estructural que tanto se extiende y nos contamina.

 

La pureza y la rectitud de lo que sea, malamente (tra,tra) casan con las “conveniencias” tolerantes, las medias tintas y los pañitos calientes del diplomático vamos a llevarnos ¿bien? La propia Iglesia católica, en su afán inclusivo, cada vez más se diría que va apuntando a ambigüedades que la alejan de su propio andamio auténtico y la van volviendo otra difusa fórmula para presunto sostén de los ánimos.

Los “progres”, los rojillos, los de la 6ª (la secta), juegan con ese timo de tahúres y lo llaman “aggiornamento”.

Quienes disentimos estamos mucho más por la afirmación española de llamar “al pan, pan; y al vino, vino”.                                                               

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