viernes, 6 de noviembre de 2020

Una cuestión personal

 

Que me acompañe esta brisa suave,

debajo de la cúpula

blanca y airosa en el “ambigú”,

y a soñar tire de mi mente absorta:

 

¿Es la costa de Algorta

(a la que Iñaqui por primera vez

asomó la mirada de esta nave)

la que al recuerdo en esta madurez

de improviso me lleva y me transporta?

¿Qué fue de aquellos lances

de ginebra profunda y de romances

y de conversaciones reiteradas,

sobre hazañas tan sólo imaginadas

y sueños de promesas por llegar?

 

¡Qué “saque” en los norteños asadores,

qué pintxos previos, postres y licores

bendijeron la compartida mesa!

 

Luego el tiempo, los años, las sorpresas.

Y con todo, ahora en Cádiz,

ante el interminable azul turquesa

de este mar y esta tarde soleada,

me da que sobre todo y sobre nada

aún podremos hablar: cuando se tercie,

si en ese paralelo

universo especial que no creemos

no toca que naufraguen el Titanic

y su orquesta de músicos

y sus botes de malogrados remos.

1 comentario:

  1. Las mejores comidas siempre son con los buenos amigos que como tú, has estado siempre a mi lado a pesar del tiempo y la distancia. Un abrazo muy grande querido amigo.

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