sábado, 14 de noviembre de 2020

Un jueves cualquiera

 

En varias ocasiones había recordado aquella peligrosa crisis epiléptica que casi se lo lleva por delante y el sentimiento predominante que le hizo experimentar: la tristeza de perder la belleza del mundo.

No lo asaltó el temor, a él que nunca presumió de valeroso, en la crujía de aquellas jornadas. Y antes, y luego, como cualquiera, había oído comentar con frecuencia esa quizá leyenda de la película de nuestra vida pasando velozmente ante nosotros en el instante final, en la hora decisiva de morir.

También, lo de la luz al fondo del túnel, expresión que, de aplicarla con tanto manoseo el común de las gentes, había adquirido un lamentable sentido de decadentísima y cursi chorrada.

Ninguna de esas ideas lo visitó ahora. En cambio, y antes de apagarse por completo en el último “sonido del silencio”, alcanzó a pensar: “hoy ha sido jueves”.

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