domingo, 1 de noviembre de 2015

Egos y protocolos

De resultas de que, Mariano, vas convocando a los "líderes" (que son pocos y a veces de saldo) de las tribus, ya se va viendo otra vez de qué va cada uno.
Para empezar, el orden de las citas lo has diseñado guardando un prurito por las formas y las presuntas "importancias" que algún desagradecido chalán ya ha demostrado no merecer. Y no me refiero sólo a los que incluso presumen de bolcheviques añejos y reventadores: de ésos era clara la posición y, por ende, la muy probable inutilidad de llamarlos en aras de una unión decente y firme.
El peor, el más falsorro ha sido el sociata, proverbial fullero, colgándose la medallita de la iniciativa que seguramente corresponde a otros; poniéndose hasta las cejas de la podrida y tramposa "equidistancia"; desdiciéndose con la intrigante cobardía y las malas mañas del travestido barrendero hacia dentro que con frecuencia lo posee.
De Garzón no esperes cosa muy diferente, Mariano. Y aunque parece que no la tragas, Rosa Díez es, o al menos su discurso, de lo más cabal con lo que cuentas, junto con Rivera, para de verdad procurar que el barco no se hunda. Piénsatelo; y, sin complejos, llama  a Abascal, que lo tiene seguramente más claro todavía.

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