domingo, 9 de noviembre de 2014

Buen papelón ridículo



El que habéis hecho los dos.
Uno, con la miedosa cautela de última hora, barato y minúsculo capitán Araña, rebajando las bravatas del principio hasta una mofa de crío maleducado y gamberro que saca la lengua al profesor.
El otro, aparentando una calmosa actitud, una flemática superioridad que puede confundirse fácilmente con la cobardía, con la ineptitud, con una floja irresolución de bobo grande.
Defrauda, deprime, preocupa que títeres, aunque peligrosos, de ese jaez tengan en sus incompetentes manos pecadoras “el timón de la nave”.
“Fueraparte” (Herrera lo usa así), aburrís a las piedras, ya lo creo.
Y por cierto, la verbena está lista para recibir, incluso aclamar al primer salvapatrias.
Será difícil que os haga buenos.  

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