viernes, 16 de mayo de 2014

"Allegro"



Demasiado tiempo vivimos entretenidos con las cuestiones del día a día, tantas veces rutinarias y materiales, escasas, cuando no carentes, de arte. Así que no miramos bien.
Y basta con que suenen los discretos, aunque nítidos, toques de batuta que señalan el principio del último movimiento del concierto, para que se nos abran los ojos y pongamos en marcha urgente la concentración, la atención en saborear la riqueza que nos rodea.
Los ojos y los demás sentidos.
Atentos a la música, que no se pierdan el compás ni los matices. Convendrá, largo o corto que sea (que siempre se nos hará corto), conseguir para el final del concierto un “allegro” noble y luminoso. Y procurar interpretarlo lo mejor posible.
(El Hipocampo, ¿consecuente?... podría ser; pero, ¿optimista?... ¡No te lo crees ni tú!)

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