miércoles, 4 de septiembre de 2024

Otra vuelta de tuerca

 

Cuando hay poco donde elegir, no queda otra que exponerse, llevado de la afición obstinada: sobreponer el ánimo y acometer, con riesgo probable, algún ejemplo de la oferta menesterosa y, martes tras martes, meterse en la camisa de once varas que viene siendo el cine de este, y no sólo, 2024, Anno Domini.

Y por ese camino, el espectador se va encontrando con “pelis” que, aparte de su profesional factura, lo dejan en un desconsolado desconcierto. Porque ¿qué guiones son, qué argumentos son estos de ahora, recargados de presuntuosos símbolos, de insinuaciones siniestritas, de sangrientas (y decíamos de Quentin, vaya) fantasías porque sí, artificiales sobresaltos y aun ésos, en el vacío?

Dos muestras de ese afán por lo tortuoso parecen ser “Parpadea dos veces” y “El cuervo”, a cuyas respectivas proyecciones sólo mi aventurera temeridad me ha animado a asistir, y de las cuales se sale con cara de qué hago aquí o cara de qué está pasando. La condición impenitente y duramente puesta a prueba de los espectadores va desconfiando de este que fue séptimo arte y que va y viene desbarrancándose por cuentos no tan chinos como presuntamente residuales o acaso teñidos en exceso de los “nuevos modos” que derivan del caos sembrado por videojuegos, teléfonos móviles, la IA y demás coreografías, discutibles de nobleza, ajenas a la directa sencillez de, sin ir más lejos -ni menos- el buen hacer de un Eastwood/Malpaso cualquiera.

 

-¿Y qué me dices de Avalos, Oscar Puente y los otros angelitos?

-De cine, tú.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario