viernes, 23 de febrero de 2024

"Only for your eyes"

 

La inclusión sabia, oportuna mejor que otra cosa, de la póstuma canción que los sobrevivientes Beatles han estrenado y editado poco ha, no es el detalle de menor encanto que implica el film “Argylle” y, de paso, pilla desprevenido al espectador, llevándolo de la mano a una inesperada emoción, a un sentimiento de post-nostalgia que claramente impregna esa melodía, muy a propósito para calar hondo.

También hay un gato que parece un búho, y que viaja en una mochila que se da aires de burbuja/casco de astronauta; hay una verdadera orgía de imágenes fantásticas y preciosos decorados y secuencias de exageración inverosímil para construir un lujoso ejercicio de diseño y arropar la breve y siempre valiosa intervención de Samuel L. Jackson, el profesionalismo expresivo de Sam Rockwell y la placidez sonriente de la orondita Bryce protagonista que, como en indirecto espejo XL, evoca y remite al (qué pena, tan corto) transitorio personaje inicial a cargo de Dua Lipa, Lagrange deliciosa, en su vestido dorado, de Versace, deslumbrante de seducción y belleza…

 

“Argylle” pone en la cocktelera esos y otros ingredientes para ofrecer un espectáculo extraordinario (con pirotecnias contundentes que ni tan siquiera las últimas entregas de Craig/Bond, las sofisticadas sastrerías de Kingsman o los largos tiroteos de Keanu/Wick han igualado todavía) en el que lo enrevesado y algo confuso del argumento pasa a ser secuela consecuente y trivial de las “pelis” de espías, agentes secretos, etc.

Un gustazo para tus ojos.   

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