miércoles, 17 de enero de 2024

Ya sé que ando desaparecido

 

Desde luego, resuelto -como me propuse meses atrás- a no mirar en lo posible las porquerías que la casta política incesantemente perpetra con pretextos ideológicos de índole variada y casi siempre inservibles. Desde luego, enclaustrado en parte mientras el ruido y las boberías rutinarias y reiteradas de los ritos navideños y del cambio de almanaques han vuelto a aturdirnos.

Hastiado de los “convenientes” embotamientos y socaliñas, de los anzuelos y las doctrinas con que nos/os van manipulando; básicamente, harto.

Por si a alguien le interesa, esta os ofrezco a modo de explicación y cortés excusa.

 

Atracones de lectura, un par de incursiones por las agotadas salas de proyección (“El rapto”, “El protector”). Poco más que comentar, atónito con las barbaridades y las horteradas que nutren los espacios de televisión.

¿A nadie le suena a trampa programada? ¿A desgaste deliberado, a gota a gota (malaya) de la más cutre y pérfida anestesia?

¿Hay que seguir tal cual, cómplices acobardados del engaño?

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