miércoles, 13 de septiembre de 2023

Hay que volver al cine

 

La lenta reanudación de mi asistencia a las salas de cine -hábito y rito que espero recolocar donde solía- me ha deparado la contundente bobada de “La fosa” del megalodón, que ha sido una elección disuasoria y, por el contrario, la entrega tercera o cuarta del personaje que borda Denzel Washington con sus “Equalizers”, que es palabro foráneo mantenido en las carteleras hispanas, y que seguramente vale como metáfora de igualador, de alguien que repone los equilibrios indebidamente alterados.

Es una gozada este justiciero particular, de calmos modales y metódicos discurso y expresión, de riguroso negro hasta los pies vestido, que, sobre la mesita del café de pueblo (pueblo precioso, pintoresco, italianísimo) del cual va siendo parroquiano, extiende con esmero sus servilletas pulcras, inmaculadas, y sitúa en el lugar exacto, medido con mimo, la cuchara personal para el té. Amable y serio, sonriente con los buenos, nadie diría que es un ejecutor de fulminantes recursos para ajustarle las cuentas a la Camorra local, gentuza de la peor casta, comportamientos crudelísimos y perversos “negocios”.

Redonda “peli”, gran entretenimiento, impecable de imágenes, de ambientación, con 4 o 5 sobresaltos impactantes al espectador y banda sonora de detalles y sonidos tensos cuando viene a mano para subrayar la acción.

Hay que volver al cine.          

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