martes, 28 de febrero de 2023

¿Y éstos también se creen más que un club?

 

Empleados que a sueldo tiene España

en su delegación de Barcelona

vuelven con enconada ordinariez

y malos modos a meter cizaña.

(Precisamente ayer,

la disfunción de muchos funcionarios

era el motivo para proponer

la paulina de nuestro comentario.)

 

Y debe ser que estos petardos piensan

que el medio de que crezca su estatura

es un quiero y no puedo que a la prensa

le dé carnaza fresca de impostura,

ruidosos titulares

que desmienten aquella antigua fama

de buen comercio e industriosos telares.

 

Si en la empresa privada

estos memos su nómina tuvieran,

ya les hubieran dado la patada

con un simple expediente de expulsión.

Y en la calle estarían…

¡con el frío que está haciendo estos días!

lunes, 27 de febrero de 2023

Seguridad social: atasco, fiasco y asco

Absolutamente imperdonable.

Porque se ha dicho repetidamente que en España hay muchos más funcionarios por población que en cualquier otro país “de nuestro entorno”, que es una de esas frases empachosas que machacan nuestros oídos.

El remoloneo ibérico del funcionariado es histórico. “Vuelva Ud. mañana” ya se hizo célebre en las ventanillas de antaño con clásico descaro, para echar balones fuera y demorar el cumplimiento que el ciudadano, con derecho, reclama, PAGANDO SIEMPRE TODO EL GASTO, a menudo incontrolado y despilfarrador, de unas estructuras que se tornan más ineficaces cuanto más sobredimensionadas.

La excusita de retrasos añadidos por el efecto de la pandemia tiene algo de miserable, porque el “cuello de botella” del que se nos habla no parece haber interrumpido en cambio la percepción de los sueldos de esa cáfila con ribetes de casta intocable.

Por otra parte, la intención urgente de empujarnos a todos a digerir las mañas de la tecnología, como parche colaborador y requisito inapelable, es simplemente un discurso canalla que suena a abuso mafiosete.

Los jefes, los “responsables” suelen responder poco y dimitir nunca.

¿Dónde estará el límite de la paciencia, que se nos pide elástica, antes de que asomen los francotiradores por las azoteas? 

martes, 21 de febrero de 2023

El cemento en los rostros

 

Como ellos mismos proclaman con un dejo de superioridad que se queda en fanfarronería de paletos, son “más que un club”.

Ya lo estamos entendiendo; y sin sorpresa, porque de esto hay (ya había) más trazas y barruntos de la cuenta.

Y que en el fútbol ocurra algo así no parece impensable ni imposible, cuando tenemos el país entero cociendo habas. Anegado en corrupción y todas las variedades del mal rollo.

Habría que poner remedio.

 

Luego, en la anécdota concreta: ¿habrá que revisar los resultados del marcador, las clasificaciones, ahora entrampadas, de la Liga? ¿Los premios y copas y campeonatos? ¿Las consecuencias, por lo tanto fraudulentas, en el reparto del dinero inmenso de las quinielas y otras apuestas que estarían forzosamente afectadas?

¿Lo van a arreglar con otra “ley de memoria arbitrariamente histórica”?

No hay risa bastante para un descrédito de ese tamaño.

lunes, 20 de febrero de 2023

Las venenitos

 

De ese escaparate de frivolidades que con delicadeza y familiaridad misericordiosas llamamos la “caja tonta”, nos van llegando los temblores y las patologías de algunas funcionarias que pretenden reformarnos el idioma como paso conveniente para “reformarnos” la mente y de paso las conductas, tramo final del trayecto.

Las más notoriamente abanderadas se dicen a sí mismas “unidas”, con manifiesta falta a la verdad, ya que son gente muy dada a las zancadillas recíprocas y a las intrigas rencorosas que tanto tiñen a nuestra casta (¿“s’acordáis”?) politiquera.

Un copioso repertorio de bufonadas y deformidades esmalta y avala su propósito: reventar el vocabulario de la buena comunicación, dinamitarlo para que se cumpla el adagio -modificado- de “confunde y vencerás”.

 

Un último, o reciente al menos, brote de esa subversión “de gilicoñeces” es la oferta, que quisieran imponer como norma, de que llamemos PROGENITORAS GESTANTES a las madres.

-O sea que, en adelante, si yo te veo con buen aspecto, a pesar de tus años, tendré que olvidarme del clásico “tío, estás de puta madre”, para sustituirlo por el innovador “tío, estás de puta progenitora gestante”.

-No sé qué te diga. Además de ser un circunloquio rebuscadísimo, incita a pensar con suspicacia que es elogio irónico, ponderación capciosa y dubitativa, despojados de la entereza castiza que implica la fórmula de costumbre, ya tan acreditada.

-Habrá que plantearse, eventualmente, si a las locas que andan sueltas se les debe ingresar en manicomios (¿centros de regeneración de la salud psíquico-mental?) o, si se demostrare que, otrosí digo, sólo son terroristas de la Lengua Española o malversadoras agravadas de la misma, delincuentes simples, se les conceda una estancia de variable duración, una temporadita entre unas rejas que, para su alivio, carecerán de mocito que, deshecho en requiebros, las camele, y sin las macetas de flores que suelen ser ornato colgado de los barrotes de tradición, profusos en arabescos de hierro forjado.                                                

domingo, 19 de febrero de 2023

Ritos cotidianos

 

Como no tienen un reloj luminoso/digital de mesita de noche; ni uno, a pilas que, colgado en la pared del salón, “gotee” el tic-tac inexorable y admonitorio; ni tampoco otro, de péndulo, al que se la da cuerda y pone en hora con una llave de palometa que hay que insertar en los dos orificios “ad hoc”

-Que era en la casa de tus padres, en Sevilla. Cuando entonces.

-Y es en los vaivenes de la memoria.

Ni menos, de pulsera ni de leontina, apañados irían.

Así que debe ser la cambiante claridad de la mañana, su gradual desplazamiento, la señal de estar atentos porque se va servir el desayuno. Y que si me demoro, ni tantos, ni en tan rápido tropel entusiasmado van a acudir.

Que ya volaron a buscarse una alternativa, por si acaso.

Estos días de ahora, febrero adelante, el intervalo ideal se establece entre las 8’15 y las 8’30 a. m. Bien que lo noto, observándolos, como un obispo, en mi sillón sentado.

 

-¿Y no deberías colocar una coma entre sillón y sentado, ya que es el obispo quien está sentado, y no el sillón?

-Reparé en ello. Y también cabía la solución de escribir sentado en mi sillón. Más sencillo y directo; pero me pirran los enredos.

-No, si ya…                                          

miércoles, 15 de febrero de 2023

El auto eléctrico

 

Remedando los encendidos debates que en los Concilios analizaban las herejías, desmenuzándolas con arduas retóricas y laboriosas formulaciones y construyendo cuanto laberinto erige el ingenio polemista, vamos viendo, viviendo ahora los pros y las contras que suscita el coche eléctrico.

Inicialmente parecía, o así se nos ofreció, como la santa, inteligentísima solución para la lucha final o “madre de todas las batallas” (¡“cuidao”!) contra la contaminación en el sufrido planeta. Y, con tal etiqueta así de estupenda, el público iba embelesándose, un poco también porque de suyo es siempre propenso a las novedades y sus brillantes aspectos de ilusión emoliente, de panacea seductora.

Pero hete aquí que se alzan voces, nada insensatas, que contradicen los fundamentos del “chollo”. Por lo visto, el auto eléctrico es más caro y contaminante de fabricar que el de toda la vida; las baterías agotadas, a no muy largo plazo, suponen un problemazo de residuos que fíate de la Virgen y no corras; el abastecimiento de recargas sigue siendo defectuoso e insuficiente, sin mencionar los precios de Iberdrola, Endesa y otros compinches; la autonomía (cosa importante) es discutible o canija; y el precio de mercado, tirando a inasequible; etc.

Así que tenemos a exégetas y detractores enzarzados, y al club de lujo europijo metiendo prisa para la reconversión.

 

Luego dicen que el personal es aficionado a sospechar de conspiraciones y así. Pero no sólo, es que le dan motivos. Es que hay demasiados mimbres para tejer este nuevo cesto de desconfianzas hacia las tomaduras de pelo.

¿No se os abren las carnes?   

martes, 14 de febrero de 2023

Meras imágenes y "entrecires"

 

Haciendo caso omiso del viento incansable que lleva días zarandeando estas playas, salí a dar una vuelta por ese paseo marítimo que ya hemos citado por aquí con anterioridad.

Escasísimos paseantes, claro. Principalmente, responsables propietarios de perros (perretes dicen ahora los elusivos tiernos, los sentimentalotes) paseables, de esos que, en compartida avalancha protectora, serán objeto, sujeto y los jetos que haya, de derecho, según la ley estrambótica y paranoica que se avecina.

Tiene un porqué, esto de los perros: mucho más obedientes y agradecidos y cariñosos que los hijos, han pasado a ocupar un lugar de creciente preferencia en nuestras vidas, y más en las de quienes andan/andamos solos. Según las estadísticas (no las de Tezanos, las que sirven) hay más animales domésticos, mascotas, etc. que niños, siendo los canes con seguridad los primeros de la clase.

De vecino, que a más no me resuelvo, tengo al perro de Germán que asoma su cabeza por el parapeto de su terraza y me contempla con familiaridad consecuente, pasados ya los primeros días que ladraba a mis evoluciones duchando al Z, o atendiendo la parte trasera del jardincito. Me da que nos comprendemos confortablemente en eso de asomarnos un poco al aire libre, comodones, al resguardo sedentario de nuestras casas.

 

Del otro lado están la mar, el islote del viejo Sancti Petri, el “señor mayor” (Pepe, ay) que hoy me ha proporcionado un ejemplo de solución híbrida, salomónica, portando a su gozque en uno de esos cochecitos veraniegos de bebé (bastidor elemental y lona) como los que tuve, 31 años atrás, para esa Irene que no me llama.

Y el viento, que no para y puede que haga bien. Lo suyo.                                       

domingo, 12 de febrero de 2023

Con "trazo gordo"

 

Otra cosa que también tenemos en la tribu son los brujos. Muchos; demasiados.

Pues bien, la variedad de éstos que llaman economistas, aunque en ocasiones discrepan entre sí con alambicadas teorías incluso contradictorias, en algo vienen coincidiendo (para respaldo oportunísimo de ese sindicato mafioso de imprudentes prepotentes que son los políticos del mundo): la receta para “enfriar la economía” y bajar la inflación de su presente estratosfera es FRENAR el consumo.

La palabra consumo tiene ciertas resonancias frívolas. Pero si la analizamos llegaremos a delicadas conclusiones.

Y que se diga enseguida lo del “trazo gordo” es fácil y también es verdad que estas líneas son de profano. Pero atentos.

Frenar o reducir el consumo, muy mucho implica y quiere decir, hipócrita modo, que el dinero -sueldos, créditos- sea tan inalcanzable y tan usureramente escaso y leonino que Ud. comerá menos y alimentos peores, que suelen ser los más baratos; que pasará fríos o calores significativos (aunque para el calor, el “listo” nos aconsejó no vestir con corbata) dependiendo del calendario; que Ud. dejará de viajar por lo cara que le ponen la gasolina; que se lo pensará interminablemente antes de renovar o adquirir ropa, mobiliario o electrodomésticos para una vivienda cuya ensoñada adquisición será parecidísima a la fábula de la zorra y las uvas; y así sucesivamente.

 

Pero claro, estos son comentarios de profano con “trazo gordo”. Qué sabré yo de las “ventajas y bondades” de la democracia, que Carlyle atinadamente describió como un caos provisto de urnas.                               

sábado, 11 de febrero de 2023

Laureles para el escritor

 

Cómo serán de indiscutibles los méritos que respaldan a Vargas Llosa como escritor excelente, que los franceses, gente gloriosa y notoriamente muy suya, lo han distinguido con un ingreso de categoría en su Academia, institución de renombre, prestigio y olímpica (del Olimpo, no de las “villas” deportivas, mocitos) raigambre.

Según qué sector de público, más interesado en el terrorismo y los temas de divulgación científica que constituyen el corpus de la “prensa rosa”, a este señor se le conoce sobre todo por su último y ya cancelado devaneo con famosísima y postinera, paradojal momia viviente, y no tanto o casi nada por la literatura, de la cual es fecundo y cardinal artífice.

Las comadres (no necesariamente de Windsor, aunque también) le achacarán con resabios represores su leyenda y andadura amorosa, tachándolo con frivolidad de mariposón a sus horas; peculiaridad de carácter que no poco habrá colaborado con su fluida imaginación en el comercio con las musas y sus regaladas convocatorias.

Por otra parte, los carcomas del rojerío no le perdonan su actitud y su conducta de conservador/liberal. La envidia, se sabe, sufre lo indecible ante quienes no ocultan su independencia de criterios.

“Pasando” de todo eso, con inteligencia y arte, ahí está D. Mario, mientras elabora el magisterio de la resplandeciente Lengua Española.

viernes, 10 de febrero de 2023

¿Una dialéctica inservible?

 

Y, según el día, cansina/agotadora.

Mientras se esté en lo del machismo y el feminismo, “fueraparte” de no arreglar demasiado el patio, se le va dando cuerda a un mecanismo de arbitrariedades, discriminaciones sectarias y trincheras enemigas, todo ello azuzado por una inundación permanente de grosera propaganda panfletaria.

Suena mucho mejor considerarnos personas a secas, en vez de tíos y tías, chorvos y jais, etc. que suele ser un camino muy descendente, lleno de ordinarieces y favorable sólo a la reducción de la decente estatura humana.

Y desde luego que más vale neutralizar tanto al cavernario troglodita como a la loca disfrazada de Blade Runner.

Pero la igualdad en debate puede que, ya desde las hormonas, tenga una realización algo inverosímil. A lo que sí convendrá aspirar es a una equiparación cuyos sutiles equilibrios comporten, exijan un respeto con letras (y música) mayúsculas. Un compromiso absoluto.

Y no se conseguirá ensuciando las palabras, retorciendo la gramática entre “todas y todos”. Que, por cierto, añadir a la ecuación el estrafalario “todEs” supone un imperdonable desprecio y un crimen ruin que condena -¿y eso, por qué?- la posibilidad de “todIs” y “todUs”, posibilidad que de inmediato está reclamando su sitio legítimo.

 

¿Será mucho pedir un adarme de juicio a estas criaturitas?                              

miércoles, 8 de febrero de 2023

D. Ramón Tamames y VOX

 

Muy lejanos están ya los tiempos, a la medida del hombre, en que los ancianos de la tribu eran la autoridad, la dirección y el ejemplo a seguir. Había respeto, incluso veneración, por la sabiduría que la experiencia generalmente implica.

Por el contrario, la medida del hombre contemporáneo, de estilo atropellado, urgente, de velocidad vertiginosa y probablemente insensata, pagada de sí, da muy otra cosa: se tiende a menospreciar aquello, dispensando la preferencia a la mera juventud y su natural empuje, poniendo en sus manos con harta imprudencia las iniciativas y las decisiones importantes, lo que comporta riesgos evidentes y no pocos fracasos, por los cuales nadie termina pagando los platos rotos.

Lo cual que VOX anima a Tamames, 89 años, a ser la figura emblemática de una moción de censura contra Perro y Cía (que todas las merecen) y quizá, ni calvo ni con dos pelucas, haya algo de arroz pasado. Desafortunadamente.

Y claro que los malintencionados que sólo quieren ahora recordar el origen ideológico comunista de D. Ramón para acusarlo (a él y a Abascal) de incongruencia y renuncios, se niegan a considerar la evolución de ese señor, por él mismo reconocida y explicada. Evolución que en su caso se justifica sobradamente y lo enaltece; evolución que en el caso de otros, de los idiotas, sólo ha servido para transformarlos de ignorantes crasos en mierdosos corrientes, Perro, que tú de eso sabes mucho.

Porque D. Ramón y algunos otros han sido con terquedad preteridos por nuestras mayoritarias tendencias progres y burrodespectivas, ya que supusieron por comparación un obstáculo contra el desvergonzado medro trepador de la presente ineptocracia, palabra que él cita; y es posible que ya sus enseñanzas lleguen “tarde, señora”.

Pero como a los del tren, habría que expulsar a los responsables. Y son tantos…

martes, 7 de febrero de 2023

En este rincón,

 

en este “blog”, quedan referencias de algunos de los numerosos encuentros y anécdotas y ocasionales viajes que surgieron en nuestra amistad, que iba a cumplir 53 años el próximo mes de abril.

Con esta afición de hacer virutas con las palabras, te he nombrado Comodoro, cabo de la Escuadra de Gastadores, puede que Almirante de la Mar Océana…

Fantasías triviales, para embromar la vida y continuar en ella diciéndonos que nos quedaba todavía la cuerda natural, vale que no demasiada, de los ya muy veteranos marineros que fuimos en San Fernando.

Con insólita, con inédita fluidez, ningún (nunca) tropezón tuvo lugar entre nosotros. No había que esforzarse, y la afinidad y la comprensión y el compartido y orgulloso origen sevillano, ancla poderosa, se sostuvieron solos. Y el cariño que se da con respeto entre caballeros y “hermanos de armas”.

 

Ahora, desorientado en este no previsto vacío, miro el lucero del atardecer, la luna llena de estas noches. Siguen sin respuesta las preguntas fundamentales.

Desde ahí, Pepe, ¿hay algo que saber? ¿Por lo menos hay algo?

Te escribo, me escribo, el abrazo que ya no es posible.

lunes, 6 de febrero de 2023

El teléfono que llevamos encima

 

(Le dicen móvil; pero lo movemos nosotros.)

Difundido como un artículo de fundamental utilidad, y extendido con rapidez, implantado como uno de primera necesidad, ya es indispensable y no concebiríamos un mundo sin él.

Y con lo que tiene de novelería y moda, era seguro el extremo vicioso al que llegaría su uso, su abuso, sobre todo entre los jóvenes -y los niños ya- que, naturalmente y por inmaduros, son un campo abonado para el encandilamiento y la manipulación: ya tiene carácter perverso de droga y frívolos ribetes de “status”.

 

Como invento para la uniformidad y el sometimiento del rebaño; como cómplice de ese ¿futuro mejor? que nos quieren vender; como virus para fomentar un exceso de comunicación artificial y distanciadora, unos hábitos de vulgaridad compartida, a base de mensajes tecleados (que usurpan la función de la voz humana, su espontaneidad y riqueza de expresión y matices), el “juguetito” ha resultado un acierto y una herramienta implacable.

Un senderito facilón y tentador para acceder a formas del aislamiento y la soledad que no teníamos.

¿De eso se trataba, eh?

domingo, 5 de febrero de 2023

"Send in the clowns"

 

A veces hay que esconderse y huir.

Blindar el ánimo contra el cansancio de andar por un mundo cuyo esplendor natural (que deberíamos cuidar y contemplar como un regalazo inmenso que no estamos mereciendo) vamos echando a perder con las cosas que hacemos mal.

A veces hay que amoldarse un refugio, un íntimo y menudo gabinete de alquimista iluso y aficionado a probar suerte detrás de la piedra filosofal, del bálsamo de Fierabrás, de lo que sea que nos ayude.

A veces hay que escuchar a solas una canción y que, disculpando el no imposible dislate, nos venga a la memoria desorientada aquello de “el aire se serena y viste de hermosura y luz no usada…”

 

(-Un “senior”: ¿Fray Luis… ?

-Otro: Desde luego que no es uno del reggaeton; eso, fijo.)                          

sábado, 4 de febrero de 2023

La oferta

 

No discuto que haya, que hay a estas alturas, motivos estadísticos. Eso faltaba.

Pero mi ironía se enfrenta con escepticismo a un espejo de realidad, cuando percibo merodeándome (con diplomática ansia mercantil, telefónica y cortés) la insistencia discreta de mis compañías de seguros (médica, de vehículos, de la vivienda, continente y contenido) aconsejándome, sugiriéndome lo adecuado que me sería suscribir una póliza o SEGURO DE DEFUNCIÓN.

Coincido con esas agentes -sólo fueron mujeres hasta ahora- en que la DEFUNCIÓN, mía y de todos, es lo único SEGURO, y les he dado la razón con mi más elaborada sintaxis. Pero por el momento no consigo evitar ser un rebelde, con o sin causa, clásico, que entre sí piensa lagarto, lagarto. Y declino lo que es la oferta.

 

No me hago ilusiones imposibles. No soy para nada, para nada, un cachorrito indefenso. Pero qué fúnebres, estas buitresas delicadas que trazan círculos calculadores a mi alrededor, cuando me sobrevuelan.

viernes, 3 de febrero de 2023

¿Hasta cuándo?

 

La gasolina vuelve a las andadas

y Perro, como siempre, “se escaquea”.

¿La ley del sí es sí?: una burrada

pero hay que mantenerse como sea.

Tramposo hipotecado que no puede

sin Podemos seguir en el sillón;

conque nadie dimite porque el sueldo

sólo se cobra en la coalición.

Y por si cuela y compra voluntades

se aumentan gasto público e impuestos

para que “la paguita” a los cofrades

los convenza de prorrogar el gesto.

 

Naufraga el mapa, lleno de bufones

y en cambio falta mucho ciudadano

que exija que el control de las gestiones

no siga estando en las marranas manos

de esta funesta banda de gentuza

que sólo sirve para hacer chapuzas.

jueves, 2 de febrero de 2023

Una calle sin salida

 

Parece que hay personas que sosiegan las cuitas (las graves, las extremas) rebajando el impacto con fórmulas diversas de la serenidad.

Iba a escribir que me alegro por ellas; pero voy a dejarlo estar.

Porque todavía, a mis años, se me encrespa el carácter y tira mucho más a la desesperación y la impotencia; a una rabia indignada, en los antípodas de la inteligencia y la reflexión, que es útil sólo para que la tensión arterial haga de las suyas. Así que comprenderlas no es la palabra, aunque puede que sí, que lo lleven mejor, con más comodidad.

 

Tus últimas noticias, no por previstas en el tiempo son menos dolorosas. Era una calle sin salida, el “twist of fate” que Dylan dice, que sólo cabía aplazar. Has hecho y harás todavía lo que quede.

Aquí estamos, aunque enanitos, para compartir el pulso, desconcertados -o avergonzados- por no servir para más.

Y que os queremos, eso va a misa.

 

-¿Ya sabe Vuesa Merced

que no es piadosa la vida

cuando sólo nos propone

callejones

de nula o mala salida?

-Seor soldado, bien lo sé.

Y permitidme añadir,

porque lo da la ocasión,

que es muy difícil seguir

en medio de emoción tanta,

con llanto en el corazón

y este nudo en la garganta.

miércoles, 1 de febrero de 2023

Sírvete un whiskey esta noche, y escucha

 

Y convincente, o irresistible de otro modo, con el sabio fraseo en libertad que ayuda a trasegar texto tan amontonado y generoso, las pausas inducidas del “rubateado” que se asienta ligero, potenciadas por el espléndido vibrato que la garganta dosifica y controla con arte; y envuelta en ese sugerente tratamiento de jazz que también la técnica permite y despliega…

… la versión, expresada y elegante a un tiempo, de Sinne Eeg sobre “The windmills…” subraya, innecesariamente confirma la calidad de esa pieza.

 

-¿Reiterativa está Vuesa Merced?

-Aducidme un por qué no.