viernes, 1 de enero de 2021

1 de enero

 

Ahí están, las incógnitas.

Toda la gente, a lo que va a pasar, para este año que comienza. Unos, esperanzados; otros, escépticos; ninguno sin un relentillo (o gravísimo repelús, según el caso) de desconfianza, en manos de quienes está el pandero.

Si no de truenos, no dejará de traer la caja (que no es de las de latón y delicias que dan fundamentado prestigio a “La Despensa de Palacio”) asuntos que han de sorprendernos, en el margen de ello que nos queda. En el entremientras…

Esta pasada noche, vino con lluvia el viento que, entre sueños, me hace llegar el rumor de giro de la veleta; el mismo viento que le va abriendo desgarraduras de heroísmo de ficción a la bandera inventada que dejo ondear y que Maritere restaura cada cierto tiempo, echándole paciente consideración a ese mi antojo de navegante de secano canoso.

-Sí, no te falta más que darte al retruécano, como Cabrera Infante.

-No ha sido más que una aliteración menor. Prosigo.

Como inaugurando con entusiasmo “el calendario que no tengo” todavía, en tropel ha venido a desayunar la dotación de pájaros del jardín los trocitos del pan matinal/cotidiano, ese rito que, en la distancia, ojalá siga compartiendo con nosotros tu María. Un abrazo, don Manuel.  

1 comentario:

  1. ¡Muchas gracias, Maestro! No hace ni una hora que cumplimos con el rito de los pipis. ¡Otro abrazo para ti!

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