viernes, 17 de enero de 2020

Para esta Beatriz, no existen Dantes

Si un psiquiatra, argentino por más señas,
pudiera examinar tus desvaríos,
la obsesión rencorosa con que sueñas
tu desquite "nefando" con los tíos,
¿quedaría confuso e indeciso?
Si, para colmo, fuera circunciso
por mor de religión u otra quimera,
¿qué pensara de tanta carraspera
que, envenenada, trufa tu discurso?
¿Tendría algún recurso
en su catálogo de tratamientos
para templar tu ardor calenturiento
y disuadirte del allanamiento
que, a barlovento o bien a sotavento,
contra la última y viril frontera
tramas, saliendo de tu madriguera?

¿O acaso, estupefacto por el susto
ante tu atrevimiento
y lo reconcentrado de tus gustos,
de forma blanda y dócil cedería,
para no provocar tu descontento,
y un luminoso día probaría
tu argumento, después de algún ungüento?

Para la metafísica, la duda
en el aire, en suspenso, así se queda.
Tu grotesca actitud, ¡qué zafia y ruda!
¡Qué almoneda, lejana
de la elegancia del Cisne y de Leda!

1 comentario:

  1. Para esta Beatriz no existen Dantes...
    Ni Tomantes, amigo, ni Tomantes

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