lunes, 6 de enero de 2020

Costumbres

En contra de la opinión generalizada que atribuye a los músicos una vida noctámbula, es de hábitos diurnos y nunca anduvo perezoso al momento de dejar el lecho.
Pudiera ser que la olla exprés del cerebro haya tenido algo que ver cuando se pone en marcha casi de inmediato, después de pocas horas de lo que llaman sueño reparador; y que en ello colabore, en cambio, el hecho de que tiene una contundente y natural habilidad para desconectar sobre la almohada, al principio de la noche.
Luego, comenzando la mañana, cuenta con un considerable buen humor que se diría derivado de una reconciliación general con el mundo y que, a lo largo de la jornada, ya encontrará motivos para nublarse y, en ocasiones, echarse a perder por completo.
Este aspecto de su manera de ser pretende la comprensión y el respeto, aunque no siempre ello esté a mano; y conviene un acuerdo de consensuada paciencia ya que Lady Taladro, en su propia legitimidad, es mucho más de buen dormir.
Esta diversidad despierta su interés y, al no ser de suyo envidioso, celebra estas diferenciadas costumbres que, por suerte, no han engendrado aburrimiento alguno, antes bien, no dejan de ser fuente de un horizonte jamás exento de avatares y acontecimientos.    

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