Cuando sobreviene
un trastornazo como el de ahora, y nos quedamos colgados de la brocha porque
nuestra presuntuosa sociedad es, por lo visto, mucho más dependiente y frágil
que tecnológica…
…
precisamente lo que cunde es la sensación pavorosa de inseguridad; y nos
confirmamos en la idea de que no hay que puto-fiarse de puto-nadie.
Porque casi
todo los que se nos ofrece como explicación viene de la falsedad política, del
pavoneo ridículo de los especialistas (que lo son menos de lo que alardean),
del morbo especulativo e imprudente, curioso insaciable de novelerías, cuanto
más dramáticas, mejor, y del resto del escaparate en el que brilla de oropeles
la tontuna humana.
Pero, oyes, qué temazo para exhaustivamente
desmenuzarlo, de forma que rellene días y días los espacios interminables de
las frívolas competidoras en la desinformación pública y de la “cencia, cencia”, como Buenafuente y
Berto apuntan en sus proverbiales y desenvueltas improvisaciones.
Nada como la luz natural de "here comes the sun".
ResponderEliminarSalud y suerte desde Aluche.