jueves, 3 de abril de 2025

Escuchando a JJ Cale

 

es fácil quedarse corto con los elogios y el reconocimiento que a este hombre se deben.

Ejemplo de sabia sobriedad, de elegancia austera, sin alardes, en su modo de tocar la guitarra, de cantar, de componer temas que, en su sólo aparente sencillez, ofrecieron un estilazo que algunos habrán imitado sin hacerle sombra posible.

Escuchar a este señor es una lección de repertorio cuyos mimbres nos hacen sentir un cosquilleo, una “marchita” contenida, un gustazo de relax y una loable independencia con respecto al barullo frecuente que tanto “cunde”, que tan extendido está en la escena musical o en los camelos despachados por muchos otros.

De trazo personal, de ser muy suya y muy buena en lo suyo, la obra de JJ Cale queda para el oído atento y sensible de los oyentes verdaderos.

1 comentario:

  1. Grande JJ Cale,hoy lo estaba escuchando con mi padre y, como siempre que suena su música, nos ha brindado un ratico de lo más agradable

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