Quíntuple
alarma: visita
en la
dermatología.
Metafórico repóquer,
paranoias a
porfía,
pirotecnias de
la mente,
frecuente de
alegorías.
Desde el
clínico central
en el Madrid
de las Rozas,
nos derivan -vaya
lío-
a impensable
sucursal
que se erige
en un desvío:
peregrinos ambulantes
(plataforma
lateral,
barandilla protectora,
junto al
tráfico acezante),
y conseguimos
llegar
a la
concertada hora.
Tras examen
de dolencias,
proceden las
prescripciones.
Las consultas
al galeno,
yo no sé a
ti, pero a mí
me llenan de
desazones.
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