miércoles, 26 de junio de 2024

De vergüenza

 

Ante la amenaza de cambiar las reglas del juego, cosa nada nueva (que siempre produce el modo chulesco de cualquier mafia) con la abusiva fuerza de su mayoría tramposa de zurcidos zurdos, el baranda mayor ha hecho pasar por el aro al PP, llevándolo a un acuerdo/apaño, en el que, por lo visto, junto con la PSOE, se reparten por ahora los cromos -¿eso es la independencia judicial?- y queda formulada a medias, casi nebulosamente, la ulterior reforma del lío de los jueces, que ya se verá cuándo y cómo, porque tendría que ser bendecida y aprobada por el Congreso y ya sabemos cómo viene actuando, por desgracia.

Esta es la sensación que al Hipocampo le queda, como profano y mero ciudadano espectador, y con la escasa y seguro que manoseada información que se nos hace llegar.

Lo que parece evidente es que si los jueces se deben a los políticos, jamás podremos fiarnos de su intención ni de que nuestra defensa esté en sus manos.

O sea, una mierda.

domingo, 23 de junio de 2024

Junio, apenas

 

Tardaba en llegar “la calor”. Pero nunca falla; y ahora dos, que serán tres, meses por delante de aperreos multitudinarios que hay que tener en cuenta para coordinar horarios disidentes.

 

-O sea que lo tuyo no es el verano.

-Ni el veraneo, esa turra de vacaciones por decreto.

-Pero la máquina funciona con tales pautas.

-No lo niego. Y como dicen que la economía va “como un cohete”, que suena a farolazo de los gordos, “los precios galopantes de las cosas” jamás desmienten mi profética cita en Queridos Compañeros.

-Lo cual…

-… que no sé qué tendrá el espejismo para que lo bendigan.

-Venga, anímate: el equipo perruno al frente de nuestros destinos patrios ha decidido, magnánimo modo, quitar (pero sólo temporalmente, ¿eh?, flor de rácanos) el iva al aceite de oliva.

-Lo han dicho por la “tele”. Es un detalle que la ciudadanía festeja con muestras unánimes de contento, sobre todo si tenemos presente que también nos informan de que el coste del oro, virgen o no que sea, se ha triplicado sin misericordia en estos más o menos dos años últimos.

-Buenos “nías”.

-¡Qué supermercado más bonito!

-¿Y el ambigú?

-Desde él escribo hoy. Brisa suave, balandros por la mar; lentos transeúntes por la acera, aquí delante, camino de la playa.

-¿Como absorta o hipnotizada procesión de penitentes?

-Y ni lo saben, criaturas delicadas.     

sábado, 22 de junio de 2024

Sobrevaloración

 

Ahora que al papa argentino que tenemos los católicos le han difundido comentarios sobre el mariconeo, no hay que cortarse mayormente ni Cela lo hizo jamás.

Conque la “tele”, consciente del factor añadido del morbillo, concede de vez en cuando, como lo hizo anoche, un reportaje intensísimo sobre Freddy Mercury y su papel como protagonista adobado en “gay” del grupo Queen, cuya sobrevaloración no puede ser más evidente.

La banda, desde su cometido como autores, no pasó apenas de media docena de canciones bien conseguidas. Y eso quedaba claro en la actuación del Wembley, 1986, aforo brutal, “fans” muy entregados, respondiendo con forofo entusiasmo a las provocaciones/incitaciones del cantante para que le coreasen e imitasen, en un “happening” gastadísimo, frasecitas elementales improvisadas. Escuelita dócil, gregario rebaño encandilado, el público reaccionaba sin desmayo y con arrebato al “catecismo” en oferta.

Pero el espectáculo (en contraste con la sobriedad profesional de los tres adláteres, casi meros acompañantes) lo daban las reiteradas y afantasmadas posturitas del disfrazado Mercury, acomodador de circo, trunco soporte del micrófono en permanente y ordinario manoseo, pose de héroe fatuo (luego dicen de Raphael) que, abierto en zancas con “chandal”, alzaba incansable el brazo arengatorio, remedo imposible y ridículo de la estatua esa que hay llegando a Nueva York.

Sobrevaloración, he escrito arriba. Y no digo yo que Aitana o la misma Taylor, claro, pero no hay que alzarse tan lejos como a The Beatles para definir lo que son la inspiración y el arte indiscutible e interminable que puede tener un verdadero repertorio.    

viernes, 21 de junio de 2024

Una ocurrencia primorosa

 

En más de una ocasión el Hipocampo ha aludido en estos renglones al Paseo Marítimo de la playa de Chiclana de la Frontera.

Paseo Marítimo. No parece que nadie lo haya llamado de otra manera, al menos en los 34 (¡vaya!) años que hemos venido recorriéndolo con relativa frecuencia para simular que uno hace ejercicio físico.

Y este verano, los forasteros, mesnadas numerosísimas, “tós” con teléfono móvil, encontrarán el añadido rótulo caprichoso, por lo repentino e inédito, donde consta un cambio de nombre que, misterioso modo, lo rebautiza algo ambiciosamente como Bulevar de la Música.

De pocos meses acá; aderezado con dos buenas figuras ornamentales: la una, versión metálica de Paco de Lucía inclinado a la guitarra; la otra, es una escultura que representa de cuerpo entero a Rancapino, “cantaor” flamenco de aquí, señero vecino popularísimo de esta tierra.

La iniciativa (edil o así, arrebatada inspiración, antojo o lo que fuere) no es del todo arbitraria ni era tampoco indispensable. Sólo causa una desazón incrédula la colocación del nombre, ese fragmentado, silábicamente descompuesto

RAN

CAPI

NO.

¿De verdad no vieron otra disposición mejor para que siguiera cabiendo en el pedestal correspondiente pero lo leyésemos en horizontal, sin que parezca un mensaje de tartajas?

¿Hay una conspiración contra los usos del sentido común, de la estética y armonía elementales, de los equilibrios no imposibles?                        

martes, 18 de junio de 2024

Y este martes

 

Los responsables de “Vidas perfectas” han establecido el clima y los personajes del asunto con tanta, y tan plana, carga de convencionalismos, que cabría sospechar el propósito de tomarle el pelo al espectador o de caer sin escrúpulos en la parodia.

Hasta la fotografía y el color parecen dolosamente inocentones, como no sea para conseguir un aire “retro” contemporáneo de aquellos años 60 del XX que automóviles, vestuario, maneras sociales de aquellos EE.UU., alguna mención a Kennedy, nos dejan fuera de dudas.

Así que ya en esa estampa metidos, nada más propio que esos dos matrimonios lastrados de “tics” y esas dos pulcras y abnegadas mamás/amas de casa que, de vecinas empachosas de amistad, cariño, etc., terminan siendo por azar de los acontecimientos enconadas rivales y, desde luego, una más trastornada que la otra.

No es difícil “ver de venir” el desarrollo del cuentito y, aunque el criminal parezca que gana, la Chastain se merienda en todo a la desvaída Hathaway.                    

lunes, 17 de junio de 2024

El cine, este lunes

 

Oferta escasa por aquí y, como es fácil prever, administrada con criterios convencionales/comerciales, el espectador resignado a ello que uno es asiste por vez primera a una muestra de la labor de I.N. Shyamalan, artífice que puede que ya conozcan los más “puestos”, los eruditos, y a la que habrán dedicado ditirambos elogiosos o bien enconados desdenes de menosprecio.

La cinta se titula “Los vigilantes” y, con dosis generosas de sustos, sobresaltos y ruidos horrísonos, construye un supuesto fantástico (pero el cine es una fantasía) en un bosque ominoso y un edifico malévolo a juego, en el que van cayendo, trampa extraña, varios personajes, asediados y amenazados por enemigas criaturas misteriosas.

Luego, la trama deriva a tapiz, a cuento de hadas singular (como la financiación autonómica que andan chuleando los separatistas catalinos) entre leyenda muy premedieval, revuelto de esoterismos y experimento de mitología genética, mimbres facilones de esas “tendencias” en un cine de acabado formalista y “contenido” como hecho de molde para público de adolescentes algo infantilizados que ya vienen ahítos de series, plataformas, tictoc, etc.

-Vaya.

-Eso.                    

jueves, 13 de junio de 2024

Una inconsciencia de oro

 

nos blindaba casi del todo a todo sufrimiento.

Y eso que no se podía escapar a la melancolía de que imposible fueras nuestra novia, casi nada, esa diferencia -cuatro años- mayor que nos.

Pero fue hermoso adorarte, de qué forma escribirlo, por tu dulce encanto natural, por la elegante distinción sin aspavientos que emanaba de ti. Por las líneas y los pentagramas que desde el primer momento tuviste a bien posar sobre nosotros, Françoise.                    

domingo, 9 de junio de 2024

Vaya con las elecciones

 

Las cotorras, que en televisión y otros “medios” cobran por parlotear de política, andan alarmadas/alarmistas porque la derecha (a la que siempre se empeñan en llamar “extrema”, con evidente mala intención) va ganando terreno en diversos países y, por ende, en la Unión europea.

Porque mucha decepción y cansancio se va notando ante la relativa ineficacia y el escandaloso gasto, muy burocrático en gran parte, que nos cuesta ese lujoso tinglado. Y más si el balance de gestión tiene numerosos problemas sin resolver.

Y es que la fórmula socialdemocrática “pregona más que vende”. Y en nuestro particular caso español, de falso progresismo, seriamente teñida de comunismo (ése, ¿no es “extremo”?) y añejos resentimientos, apenas está dando para “sumar” más agónicas boqueadas.

 

Los “sesudos comentaristas”, que continúan con sus inercias y servidumbres, detectan una generación de gente joven que se vuelve conservadora. Y con la que llevamos, ¿es de extrañar?

Demasiadas décadas de cuentos chinos y tomaduras de pelo, con el “pensamiento único” recomendado, impuesto, casi como una vacuna con frivolidades de moda.

 

-¿Algo que mole?

-Al margen de esa oscuridad, brilla el joven Alcaraz, indiscutible de mérito, decente español sin complejo de serlo, todo lo contrario, cuyas victorias nos dan este respiro agradecido.

jueves, 6 de junio de 2024

Las cartas del pesaroso

 

Del torpe “culebrón” a la opereta

se enmaraña tu vena epistolar.

Lacrimosa y mendaz, tu recia jeta

tiene toda la tela del telar.

 

Que no te faltan mimbres en la cesta

que tu arrogante vanidad construye

ni milongas cobardes de esa fiesta

con la retórica del ladrón que huye.

 

Se entiende a la arrastrada camarilla,

ayuna de vergüenza, que te adula:

serviles empleados, gentecilla

cuyo sueldo todo lo disimula.

 

Pero que te secunden tus votantes

y te aplaudan con bobo fanatismo,

tragando tus mentiras ahora y antes…

Requiere otra lectura: no es lo mismo.                    

miércoles, 5 de junio de 2024

Las gotitas del limón

 

En los 80 del XX (ya ha llovido), Belmonte, Santiáñez y otras mozas lozanas de la época, rientes, engarzadas como zarcillos de cerezas,  andaban medio derretidas (“bebían los vientos”, más castiza versión) con la apostura que Mel Gibson lucía en su ahora histórico personaje de Mad Max. Aquella “peli” primera dio origen con el mismo actor protagonista al menos a dos episodios continuadores de éxito también considerable.

Modas y ciclos, añoranzas del sector de público aficionado (me incluyo) que ha prestado con más generosidad que exigencia su atención a estos “films”, alguna revisión posterior (sin Gibson ya, escabulléndose con prudencia de un papel que podía encasillarlo, pero con el anzuelito delicioso de Charlize Theron incluido) tuvo lugar al paso de las décadas, exagerando notas que matizaran las reiteraciones ineludibles. Y ayer, más adicto que convicto, me fui al cine a por “Furiosa”, postrer muestra de tales desatinos, y con ánimo no exento de aprensión.

Con un argumento tan atolondrado y parco, tan casi invisible, se veía “de venir” la escalada inmisericorde de hipérboles y delirios que procuran sostener todavía la estela de esa fantasía brutal, cuya estética bizarra y calavérica no tiene más remedio que crecer “como si no hubiera un mañana”.

-Coloquial estás, tú.

-Ya ves. Lo que no empece para señalar cómo aquel limón, de sólo moderado zumo inicial, parece agotar sus menos resistentes que residuales gotitas.     

martes, 4 de junio de 2024

Aunque pueda

 

parecer increíble, hasta mi ya avanzada edad nunca mi relación con la fruta que el distinguido público llama melón pasó de una observación cautelosa del tal, cuando lo veía expuesto en los establecimientos del ramo, o en los supermercados, plazas de abasto o en los márgenes algo bohemios de las carreteras.

Y por más que temerarios aventureros se atreviesen a entreverarlo con el jamón (a mi entender, visible herejía), jamás osé acercarme a su disparatada experimentación.

En los días presentes, por mor de un trance que sería prolijo reseñar, intento dicha aproximación ignorando, a fuer de profano, sus técnicas de corte y troceado; si sus efectos son laxantes o astringentes; descubro un sabor algo tímido que no entusiasma mis papilas y concluyo que no es mi idea personal del gusto ni la diversión.

Con idénticos antecedentes históricos, el capcioso y sobrecogedor experimento análogo con la sandía tiene visos de ser descartado de antemano, considerando el efecto disuasorio del color cuya gama no encaja siquiera en mis afectos.

 

Con la modestia debida a estos renglones, el Hipocampo ya ha aludido aquí a otras desafecciones y peculiaridades de su devenir, como el uso de la corbata contra decretitos, los cuellos arbitrarios y de obligada moda contemporánea en las camisas de caballero, las desacreditadas alternativas en el bricolaje, la cocina, etc. que lo mantienen en su quizá “burbuja”. Pero la vida nos pone a prueba.

Y que no nos mande Dios todo lo que podemos “desoportar”.    

domingo, 2 de junio de 2024

Un ya imposible abrazo

 

La “tele”, ese trasto que en ocasiones también es el vehículo rápido por el que nos llegan las noticias.

Lo justo para evocar la última ginebra que tomé contigo, me parece que en alguna cafetería por el barrio de Goya, en Madrid. Años han pasado.

Pocos encuentros tuvimos. Y siempre enmarcados en la cordialidad y el buen rollo que, incluso conociéndote poco, eras capaz de transmitir. Es por eso que me pilla desprevenido (cuándo no, en estos trances) la presente e inesperada nota de conmoción, el espontáneo y repentino recuerdo de alguien como tú, Emilio Santamaría, cuyo trato, esporádico aunque positivo, reseño aquí.

Si hay otra vida, me da que la mereces buena. Un ya imposible abrazo.