viernes, 19 de mayo de 2023

Con suerte

 

El celebrado fabricante de películas manchego que en el siglo conocen como Almodóvar amenaza (según me ha parecido) con su visión particular -clásica de su reiterada cosmogonía- del “western”: más o menos un filtro ¿quizá ocurrente? para una peripecia de vaqueros mariquitas, sutileza de la que el cine ya tiene precedentes.

El tierno diminutivo, hoy día, lleva a cuestas el sambenito de la prohibición, curiosa paradoja de las muchas a las que hemos ido llegando de la mano de esta democracia “cuqui” y “progre” que tan aficionada y beligerante nos salió con su censura caprichosa de veleta sectaria y pintorescas arbitrariedades. Pero no deja de ser castizo (al diminutivo tierno me refiero) y mucho más nuestro que la tontería anglófila de decir “gay” con el empeño del gato por liebre y que el pan no sea pan ni el vino, vino. En esta posición me acompañaría el magisterio de Don Camilo José de Cela, muy superior en todo a la vigente cáfila de los melindrositos y los presuntuosos “enteraos ” y a las seudoautoridades del ramo.

 

Como quiera que sea, a Pedro (Pedroooooo!!!) le llueven premios, éxitos y así. Tantos que, sin entrar a las hipnosis blandiblús de los consumidores, convendría presentarlo a Eurovisión, como feliz y quizá resuelta alternativa.

Con suerte, no quedaríamos peor.

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