domingo, 20 de noviembre de 2022

La prevalencia del encanto

 

De algunas características de los britanos discrepo notoriamente.

(Sabido es lo suyos que son, que ni Adriano con su muro ni la luminosa seducción romana pudieron con ellos.)

Aunque un no sé qué remoto, cuya explicación desconozco, me los acerca de vez en cuando. Y no es solamente el whisky.

Y es que son isleños irreductibles, enamorados de su campo húmedo y verde (a eso me apunto) y de sus canciones folclóricas tradicionales (a eso, también) de general templanza, incluso en sus aires más festivos.

Ahí está Kate Rusby, en su Documentary que difunde internete: repentina risa cascabelera y caracolillo de rizo rebelde, sujeto con mínima pinza de niña que el tiempo (a quién no) después le ha dejado huella, pero nunca le ha quitado ese detalle.

Ni los gestos de natural sencillez; ni la voz limpia en la que la noble lengua inglesa (que lo es aunque otras veces tanto nos satura y tortura) suena como una tierna caricia confortable.

 

Qué lejos de las uñas de bruja, del exceso de los maquillajes bizarros, de tantas otras cosas. Qué lejos de las “rosalías”.

Gracias, Kate, porque para nuestro descanso prevalezca el encanto sobre la epidemia de algunos “sexys” más que discutibles.    

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