lunes, 21 de noviembre de 2022

Ahí lo dejo

 Claro que también hay públicos y públicos.

Y el que su música convoca ya tiene la buena disposición, el ánimo tranquilo, la oyente sensibilidad a punto. El comportamiento que excluye los excesos, la estridencia, el histérico y hortera frenesí que a cuento de qué viene…

Se trata en esos momentos de disfrutar sin aditivos ni colorantes, sin artificios cuya esencia postiza nunca debiera imponerse, falseando así las 7 notas naturales que deben llegarnos al corazón natural.

Casi recuerda a una congregación el proceder de ese público, cuando escucha, respetuoso, atento y conmovido, la hermosura invencible de “Wild mountain thyme” que Kate -decíamos ayer- recrea y extiende, como mansa y delicada lluvia, con su bendita voz de ángel.

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