lunes, 30 de agosto de 2021

Otra "medusa" en la sartén

 

De mi adicción irrenunciable por las tortillas con jamón dan fe los innumerables intentos que, año tras año, llevo realizados.

No me asisten, entre mis proverbiales torpezas, ni la fuerza que a Diego García de Paredes se le atribuye ni, por otra parte, el tesón laborioso y fiel de que Penélope hizo gala, en su legendaria espera.

Así que, un experimento tras otro, mi aproximación personal al concepto tiende, más que al de tortilla poco hecha, al de huevos revueltos tirando a defenestrados.

También te digo que, siendo los ingredientes de clara elementalidad y calidad acrisolada, el fracaso sólo se manifiesta en el formato que, aunque sorprendente de suyo, por suerte no traiciona el sabor ni el deleite previsto al paladar; y que el desconcierto anexo lo provoca sobre todo un elusivo y ambiguo aspecto de “crèpe” o como se diga, muy superado ya por la costumbre, y que jamás me disuade del emocionado y temerario propósito.

Doy por descontado (porque mi memoria evoca a un zapato) que en anteriores comentarios de este “blog” acaso os he hecho partícipes de tan singular faceta de mis andanzas. Nada tiene de asombroso, y mire cada uno de por sí, en lo tocante a reiterar según qué “batallitas”.                                              

1 comentario:

  1. Querido,el principal elemento para un buen resultado al hacer una tortilla de jamón, es la sartén. Tiene que tener el antiadherente en perfecto estado. Es también muy eficaz aprender a darle vuelta con un toque de muñeca. Vete probando y mira como lo hacen los profesionales en Youtube. Un abrazo.

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