viernes, 22 de abril de 2022

Aunque casi nunca desciendo de esta torre...

 

El prominente es mi dedo

cuando se pone en tu llaga.

Y en todo caso me halaga

la atención que le dedicas

a estas líneas sencillicas.

Que aunque mis contradictores,

si son, además, lectores,

disientan de mis ideas,

son muy libres de pensar

(¡si ello ocurre!)

y bailar con la más fea.

 

Con diferencia y distancia

se sostienen los criterios.

¿A que sobra el “magisterio”

de la progre intolerancia?

 

No será tan veterana

la paciencia que se colma

con tan poco;

ni un viento de tramontana

es la excusa “pa” volvernos

todos locos.

Para el seguidor infiel

tendemos desde esta playa

un desenvuelto clavel.

Y oremos, hermano, oremos

para que Dios nos perdone

los pecados que tenemos.

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