domingo, 23 de enero de 2022

Aceptando,

 

porque no les queda más remedio, lo tajantes que son la ignorancia y la impotencia, nuestros mandamases, con la inquietante división de opiniones de los científicos (médicos, epidemiólogos, etc.) nos señalan que la “salida” de la pandemia consistirá en incorporarla, como una enfermedad más, al deprimente catálogo de nuestros padecimientos y carencias.

De embusteros y embaucadores, que no ingenuos, es el provisional plazo de “cuando se remonte esta 6ª ola”, porque raro sería que no quedasen otras, sucesivas: el puto cuento de nunca acabar. Lo que ocurre es que no hay parche ya para apuntalar la ruina económica y la paralización que nos ha echado encima este desastre, tan además mal manejado por cada presunto “experto” o “especialista” que no paramos de temblar.

Lo cual, que refuerza el escepticismo de los anti“vacunas” (porque resulta que, en rigor, lo de ahora no parece una vacuna auténtica como la de la viruela, por ejemplo) y la desconfianza del “rebaño” (qué primor de palabrita) global.

Cada crisis, podemos recordar varias, nos deja un poco más indefensos y desengañados.

-¿Y tú crees en eso del KARMA…?

-… y la madre que lo parió, anda ya.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario