miércoles, 15 de julio de 2020

Como estaba cantado,

a los delincuentes del separatismo que condenó el Supremo les van a "ablandar los rigores" de la sentencia, adelantándoles el tercer grado, desde las instituciones que les son compinches, profundamente compasivas con el sufrimiento, y quieren para esos angelitos algo que más parezca un internado de colegio que uno de prisiones.
Ya de paso, a Urdanga, cuyas "travesuras" son comparativamente un juego de niños, las autoridades correspondientes también le gestionarán un alivio similar.
Igual se trata de triquiñuelas, recursos tan "legales" como indecentes, apaños de andar por casa, lagunas o coladeros jurídicos... Mierdecitas así.
Entre el cabreo y la gigantesca desconfianza que estos manejos a toda hora dejan caer sobre los vapuleados ciudadanos, no queda quien sostenga que las mafias sólo operan en Italia.  

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