martes, 2 de septiembre de 2025

Por la dichosa pantallita

 

Qué mierdosito y qué falsorro estabas

cuando Pepa, con tiento, preguntaba

en la entrevista lánguida de ayer.

Con tu espectral y nublada careta,

soltando tu infumable letanía,

tu bufonada de ser o no ser.

 

Mas la cuestión no es ésa

sino esa invalidez que te sostiene

y de un podrido andamio te hace presa.

La cuestión son los seudosilogismos

que preñan tu canijo parloteo,

tus redomadas mañas carteristas

y lo desaliñado en tu toreo.

Porque no das un pase

sin demostrarte alfeñique huidizo

(cual mísero de mí, cual infelice),

alma de cántaro de poca clase.

 

 

Interlocutor:

-¿Advertiré un delicado deslizamiento, una postrera como querencia de la letra “eñe”?

Hipocampo:

-No dijera yo tal, coño.

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