lunes, 28 de julio de 2025

Del silencio

 

En esta fecha como desusada

-del clima insólito, este veraneo-

la niebla que del mar llega a oleadas

desciende a este jardín con balanceo.

 

Como delgados velos de una maga

de aguamarina y verdes ojos claros,

por los hibiscos rojos va y divaga

tiñendo su color de desamparo.

 

Este sentir que tengo, ¿lo contemplan

mis personas que han desaparecido?

¿Un mensaje es posible todavía

para este navegante del olvido?

 

(No es el vino de Estola

el artificio de esta carambola;

sí, el oloroso Irene,

su lejanía mientras va y viene.)

domingo, 27 de julio de 2025

La irregularidad de los "píos"

 

Como nuestra irremediable y decadente sociedad patriarcal consiente, fomenta y aun aplaude el espectáculo del ballet clásico, y no parece compadecerse lo más mínimo de la tortura que a los dedos de los pies implican el aprendizaje, el entrenamiento sostenido y exigentísimo y los otros pormenores de esa disciplina cuya prolija enumeración me esmero en ahorrar a Vuesas Mercedes…

… debería alzarse en llamativa y contraria reivindicación el clamor justiciero de los grupos más marcados del feminismo, cosa que no hemos alcanzado a notar todavía y que echamos de menos cuando en otras actividades el ensordecedor griterío y las a veces más que destempladas soflamas de sus reputadas “portavozas” resuenan sin pausa en los auditorios y foros más notables y henchidos de autoridad y prestigio, ficticios o auténticos que éstos puedan ser.

-Así que…

-Como que no suelen decir ni pío al respecto.

-No insinuarás qué “pájaras” hay o qué cotorras con estrambote… No les van a gustar tales sustantivos.

-Ni “me se” ocurre; pero en todo caso, ya es un tedio la brigada que nos asalta y persigue el vocabulario, repartiendo o negando con arbitrario capricho el pasaporte libre de nuestras palabras.

-Y por cierto, ¿ya has visto el ejército de salvación de la Rivas?

-Por la “tele”: una cofradía primorosa, vaya por Dios.

viernes, 25 de julio de 2025

Sugestiones y desvaríos en la panorámica de las playas

 

TRASUNTO:

A la sombra de una sombrilla de encaje y seda,

con glosopeda canta el jamón;

a la sombra de una sombrilla son siderales

los cafetales, sin ton ni son.

 

A la sombra de una sombrilla la muerte acecha,

tililatoria y de aluvión;

a la sombra de una sombrilla van sus endechas

de inconsecuentes ron y limón.

 

DE LA PROPIA COSECHA INTRANSFERIBLE:

No sé qué trilurite me embistiera

con tan bizarro, heráldico trastorno;

mas en esta frontera

no hay trilobites en compás de espera

ni patagios en flor y sin adornos.

 

(De Garblaro a Duasangu).

jueves, 24 de julio de 2025

Los laurelillos falsos de los impostores

 

No por común faceta del carácter humano, ampliamente extendida, compartida y repartida, la vanidad -esa estúpida inclinación- deja de ser una lamentable y antiquísima historieta.

El reciente ejemplo (que los hay, mucho más graves y escandalosos) de la joven diputada que trucó o falseó sus académicos timbres de gloria, es la anécdota, actual y con profusión debatida, que rasga las pulcras vestiduras de más de cuatro de nuestras vacas sagradas de la in-comunicación, y de nuestra doméstica y miserable política, tan repleta de suyo por indocumentados de toda laya.

Se ve que el afán de lucimiento, las ínfulas, los complejos más o menos razonables, nos empujan a mentirnos en ocasiones de diversas maneras, estorbando de paso la valía, la importancia genuina del esfuerzo, del mérito y de las verdaderas capacidades que cada uno pueda tener y que, desde luego, no son absolutas ni intercambiables.

Lo grotesco es que, cuando el “patinazo” se descubre, los impermeables (que son plaga vistosísima) no se sientan siquiera castigados por el bochorno que merecen, y no dimitan como ha hecho, al menos y qué menos, la mencionada: que ya se están dando demasiados casos de esa panda de jetas, que se consideran blindados ante la inacción y la abulia de unos ciudadanos que, por ello, tanto dejamos que desear, en vez de ajustarles las cuentas.        

lunes, 21 de julio de 2025

La singularidad de la tarde de ayer

 

Caracterizada, entre otras cosas, por una generalizada pulsión de perfeccionismo en el ámbito del bricolaje y las manualidades, que la reciente modificación de su estado civil no lleva trazas de alterar, Lady Taladro aplica minuciosamente una larga línea, blanca e inmaculada, de material sellador en recalcitrante grieta originada en cierto sector del rodapié con el que la solería limita el gramón del jardín.

Estorbada mínimamente, aunque de modo chocante, por alguna hormiga bulliciosa e inoportuna, el Hipocampo (desde su fatalista y flotante condición de acólito fantaseador) le sugiere la posibilidad de extender el material citado incluyendo al insecto como en catafalco o mausoleo definitivo, lo que producirá, al cabo de los siglos y en los análisis de los teóricos de la investigación arqueológica, un asombroso efecto similar al de los mosquitos y otros seres del remoto pasado que luego se descubren inmersos en cápsula englobadora de ámbar o así.

Que una imagen suele dar ocasión a otra (“de aquí no sale nadie hasta que sepamos lo que significa eufónico”), a la memoria también acude el concepto, la palabra TRILOBITE y, entre risas, cabrá usarla como vocativo, como interpelación o llamada campechana en convocatorias futuras a algún colega, del modo:

-¡Hey, tú, trilobite!

 

No se descarta que la frecuentación esporádica de atestadas playas inmediatas esté afectando, por más que de manera incipiente sea, a la siempre delicada y frágil fórmula que define en los diagramas de los estudiosos la relación estructural de sus (del Hipocampo) asendereadas neuronas.        

domingo, 20 de julio de 2025

Los nuevos mercaderes

 

Dylan cantaba que “los tiempos están cambiando”.

Los ciudadanos más escépticos, con rigor no indiscutible, pueden matizar que, en ocasiones, a peor. Una anécdota (que sí, que no es categoría, pero tú ándate con ojo) acaso resulte ilustrativa al respecto.

Pasa que vienen “las calores” y el acongojado consumidor, legítimamente remiso al sablazo/atraco de la factura de electricidad, opta de nuevo por los ventiladores, como alternativa menos gravosa que el airecito acondicionado de los cojones. Hecho un sondeo no pequeño y una elección casi filosófica, descubre con desaliento la desdeñosa y soberbia “política de empresa” que ha ordenado a sus vendedores que no consientan al cliente la compra de una unidad -la última, la restante, la exhibida en correspondiente exposición- porque no se desmontará el tenderete pertinente hasta septiembre, y aun así, en fecha aleatoria por decidir, se ve que con estilo medio caprichoso.

No pretendo defender la consigna clásica, puede que algo exagerada, de que el cliente siempre tiene la razón; pero el argumento de que si voluntariamente decido comprar, digamos, el jersey, o el automóvil que hay en el escaparate, (sin importarme el desgaste que polvo y sol y tiempo habrán efectuado en ambos) debe ser tenido en cuenta, y atendido con respeto, y satisfecho con naturalidad; y cuando no, todo ello deja con el culo muy al aire al empleado obediente sin remedio, que lo entiendo, vale, y todavía peor y en entredicho la eficiencia presuntuosa, tan francesa ella, de esa multinacional en la que Uds. están pensando, tan melindrosa de eles y emes.              

Ni la absoluta razón debe primar al cliente, ni el ninguneo, sea cual sea el pretexto o la sedicente y peregrina explicación, es válido en el comportamiento de estas omnipotentes trituradoras de nuestros esquilmados bolsillos.

-¿Bárbaros, salvajes del comercio contemporáneo?

-Nunca soñé lo contrario; por algo han elegido la palabra “política” para sus crudos manejos.  

martes, 8 de julio de 2025

El orgullo

 

-Qué.

-Que yo tengo el mío propio.

-¿Y en qué consiste?

-Por las nuevas periódicas que la SGAE me traslada (en lengua romance: liquidaciones), y aun por pequeñas, incluso minúsculas que resulten las cantidades que se me abonan en concepto de derechos de autor, me asiste la magia de las canciones (ésa que por el viento llega a remotos rincones de nuestro vapuleado planeta); y con cierto asombro reconfortante compruebo que en Alemania, Andorra, Arabia Saudí, Armenia, Austria, Bangladesh, Bélgica, Bulgaria, Burma, Camboya, Croacia, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, Eslovaquia, Estonia, Federación Rusa, Finlandia, Francia, Georgia, Grecia, Hungría, Iraq, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Jordania, Kazakstan, Kirguisistan, Kuwait, Letonia, Libia, Luxemburgo, Maldivas, Malta, Noruega, Omán, Países Bajos, Pakistán, Polonia, Portugal, Qatar, República Checa, Reino Unido, Rumania, Serbia, Sri Lanka, Suecia, Suiza, Turquía, Ucrania, Uzbequistan…

personas que desconozco han consultado, curioseado, escuchado y leído mi música y mis versos y un invisible, frágil y momentáneo temblor, o risa, o compartida satisfacción nos conecta.

-Presumido.

-Ni eso. Nadie elige su vida ni su destino. Está todo en manos del azar; o en las de…

-¿Dios?

-Tú lo has dicho.