domingo, 22 de septiembre de 2019

Trenes y tiovivos

Vuelve a lucir la barba merovingia
que a rachas lo acompaña por la vida
y que con relativa displicencia
y cierto esmero cuida.
Para el tedio que implica la tarea
suele poner el canto gregoriano
en el pequeño equipo del salón
que es el que más o menos queda a mano.

¿Sorprenderá a los nuevos inquilinos
de la casa de al lado
este sonido, sacro y matutino,
esta música de los antepasados?

La lluvia que ahora cae,
que por suerte ya no es la de Orihuela,
de la reciente tala lo distrae
ante el jardín, a la luz de una vela.

(El Tiempo y sus vaivenes,
la rueda giratoria, el tiovivo
de los postreros ciclos, de los trenes
que no han de llegar nunca hasta Canfranc.)

-- Elegíaco estás, contemplativo
en el sólito modo.
-- Y astronauta vicario con Brad Pitt:
ya ves que esta mañana habrá de todo. 

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