miércoles, 11 de septiembre de 2019

El ficus en el jardín

Conozco tu origen, como que casi eres contemporáneo de Irene.
Así que durante cerca de treinta años (que se dice pronto) te he observado crecer, volverte más y más alto y frondoso, resistir con valentía al viento, que algún año fue más fuerte de lo que hubiésemos querido. Y aun así, ahí sigues, respondiendo a mis sobrios, pero insistentes, cuidados, al ritmo sostenido del riego y poco más.
Acompañándome, y creo que como yo a ti.
Y no me siento bien cuando ahora te miro, sabiendo que en pocos días voy a decidir tu tala, y sigo regándote como si no fuera a suceder, con un ánimo trufado de tristeza y traición.
Porque sólo respondiste a tu naturaleza, generando un previsible entramado de raíces que trastornarán la casa si no te lo impido. Y estarás (o no) conmigo que hasta ahí no podemos llegar.
Con Manolo Jardinero ya tenemos fecha para la semana próxima.
Pero, oye, me gustaría...: ¿tú crees que habrá una "nube" donde reunirnos cuando yo, también, me acabe?

1 comentario: