domingo, 1 de julio de 2018

Del Toro

(don Benicio) trae larga ejecutoria de actor con garantía, y como una cosa lleva a la otra, desde unos personajes contundentes y peligrosos, le han ido encargando otros que tal bailan, lo que quizá termine acarreándole un cierto encasillamiento del que seguramente, talentoso como es, sabrá evadirse. Mientras, le cunde mucho el timbre de voz, deliberadamente oscuro, para redondear al aura que decimos, y un físico que no desmerece.
Así que en este reciente "Sicario" lleva a cabo una interpretación resuelta y sobria, muy en la línea, que tampoco está exenta de un remotísimo matiz de (la palabra es arriesgada) sensibilidad hacia una chavala secuestrada y asustada con conocimiento de causa aunque de carácter inicialmente bravío y desfachatado como hija de su casta prepotente y maleante.
Eficaz reflejo de crudas realidades, la "peli", que impresiona bastante, muy asistida de una banda sonora perfecta para transmitir la tensión, tiene el talón de Aquiles que supone la casi resurrección inverosímil del personaje de Benicio, detallazo que igual viene de un humor escondido que habría que achacarle al equipo gestor de la aventura.   

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