miércoles, 20 de agosto de 2025

Jerigonzas y dislates con la mar al lado

 

Insomne diligente (de seis treinta “in the morning”),

dispone el recorrido, clásico y puntual;

lo ha llamado “el circuito”: hipérbole burlona,

baile de neuronas de socarrón mental.

 

A rachas, recupera el ritual sensato,

el ya remoto encargo que hiciera el Dr. Clavo:

“Para su hipertensión, al menos una hora

diaria de paseo no será en menoscabo

de esa salud dudosa y esa palabra larga”.

Sin empuñar la lanza ni el cuero de su adarga,

colgada en la pared la histórica Tizona,

con plantillas de corcho, va en zapatos de lona.

 

(-Hipocampo, ¿no hay ripio en tan forzadas rimas?

-¿Qué queréis que os diga? A veces, las palabras

no escatiman su esgrima. Si porque maté un gato

me llamáis “mazagatos”

-Bajad del “candelabro”, no sea que por la altura

llevéis un descalabro. Proseguid el relato,

que andáis desvariando.

-Prosigo y ya os digo que de esa forma ando.)

 

Algún grillo, perplejo, enmudece a su paso,

sosegando los élitros o por el qué dirán.

Ecuménico, altivo, no le hace el menor caso,

y baraja estos versos cuando, ya de “regrerso”,

descansa en su diván.

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