martes, 19 de agosto de 2025

De un ayer

 

Retrocedió el calor. De repente, de un día para otro. Me ha recordado, salvando las distancias, al alivio, al consuelo que dejan los cólicos nefríticos cuando el trance se resuelve.

El calor incansable, la tortura que parece que no cesará, agotándonos la paciencia, en esa espera de incierto final. La ola que ha tenido visos de “sunami” y hemos padecido juntos.

Pero qué larga esta primera tarde, sin ti.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario