jueves, 19 de diciembre de 2024

El agua y las borrajas

 

Con morbos similares, apasionadamente, las cotorras de la televisión se enzarzan en diatribas sobre la repugnante corrupción de esta epidemia que constituyen los políticos y también en los meandros íntimos que relatan (“vengo a contar mi verdad”; “y yo, la mía”) los titiriteros y las bufonas de la otra farándula, la de toda la vida.

Se ve que nuestra sociedad, abundante en viejas del visillo, está conforme, incluso complacida, en dejarse embaucar con las más frívolas y/o tendenciosas teorías y así podemos ir borrando de la “candente actualidad” el espanto de la dana y las canalladas de los culpables gestores de sus consecuencias. Por ejemplo.

Casi todo anda ya en los tribunales de justicia o in, según se mire. Y lo gordo del asunto es que, después del trabajísimo que suponen los problemas para la policía y los jueces, y el derroche de dinero, tiempo y energía que se funde en ello, cualquier porquería puede acabar archivada…

-¿O indultada?

-No te referirás a los autores del separatismo, el terrorismo, la juerga de los ERE, etc…

-Ni “me se” ocurriría, anda ya.              

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