jueves, 31 de enero de 2019

"El vicio del poder"


o como se le llame a eso, es “peli” dura, desconcertante a ratos, mientras refleja entresijos de la política USA de años transcurridos con vaivenes, criterios y mudanzas que, en su rápida sucesión, no nos dieron tiempo bastante para digerirlos.
Todavía con el barniz ideológico predominante, aunque sugerido con no muy indiscreto relieve, subraya los hitos del tránsito del personaje central (tirando a pétreo y, no obstante, muy instigado, acuciado, casi acosado por la ambiciosa y exigente tenacidad de su “american woman” correspondiente), su ascenso discontinuo por los escalafones y las cacareadas, controvertidas guerras que le fueron tocando, con unos y otros (no todos) los presidentes de turno cuya parcial reseña se detiene en el Obama salvador (!) y omite ¿de manera “oportuna”? la siguiente, y vigente, vuelta de tuerca opuesta, la de Trump, que viene a ser como que giramos en círculos y dale con Lampedusa y su pardogato.
Para que no se nos olvide, también asoma la catástrofe de las torres, el atentado espectacular y sugerente de conspiraciones que a todos iba a señalarnos y que, para más inri, nunca perderá su toque de prestigiosa nostalgia.

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