martes, 19 de septiembre de 2023

Ana Rosa y sus invisibles novedades

 

Tus valedores, con temeraria piedad, han calificado de “innovador formato” el previsible, rutinario y adocenado programita que estrenas ahora. Que es lo mismo que llevas haciendo más de media vida, se ve que es lo tuyo y no era cosa de atreverse a quién sabe qué tentativas más experimentales.

Eso no es más que un cierre de filas, una endogamia típica de quienes pretenden seguir repartiendo entre sí la tarta inacabable de los instalados; ni la palabra del título (que, consultada en el María Moliner, no me aparece, aunque la versión “académica” la respalda en el “internete”) queda resultona sino horterilla y de ocurrencia deleznable.

En la “tele” que nos infieren, un “magazine” es un asunto de rellenos variados, de discutible o frívola y nula sustancia, que se viene repitiendo hace décadas, con decepción frecuente y tozudez insobornable. Más de una vaca sagrada ha llevado el timón de esas naves y el invento, deberías saberlo, no da para más ni revistiéndolo de toques a temas de “candente actualidad”. Como no sea que, esta vez, incorpora un regodeo de autoplagio que, ya me dirás, roza vertientes tuyas del archivo, remontadas antaño con admirable e impasible cemento facial.    

En todo caso, apenas un horario distinto, os mueven e intercambian como peones de un ajedrez que juegan vuestros señoritos, y a todo es conveniente amoldarse si los honorarios son jugosos, “poderoso caballero es don Dinero…”

También te digo que a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga, hija mujer. O ¿dónde pone que la televisión, ese electrodoméstico, iba a ser otra cosa?

1 comentario:

  1. Pionono se congratula sobremanera de que a Vuesa Merced haya agradado tanto el nuevo bodrio.

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