Gerard Butler
(memorable Rey de Esparta en la ficción deslumbrante que supuso “300”) que hace
con frecuencia papeles de hombre de acción, entre impasible y enérgico, puede
que preferentemente en el bando de “los buenos”, y que en el personaje que
encarna para “Juego de ladrones-Pantera” añade un punto (y no es la vez primera)
de guasa y parodia del americanote que con ironía se ufana de unas diferencias
con el europeote que, por su parte, éste también subraya.
Plan
sofisticadísimo de superatracos, vistas de Niza, Cinque Terre, carreteras
sinuosas, Porsche estupendo para la huida, perseguidores variados, mafia socarrona
y elegantona dentro de su rusticidad, y maniobra de infiltrado que algo traidor
se va sintiendo hacia el final.
Banda sonora
con bellas y envolventes, quién lo iba a decir, armonías; y ambientes de lujo y
altos manejos con los diamantes y la más o menos guapa Ahmad, sueca como
inverosímil.
Buen
entretenimiento para tardes ociosas.