lunes, 30 de diciembre de 2019

Villa y Corte (I)

De no estar en Madrid, lo echo de menos
como a algún sentimiento ya perdido.
Lo castizo del aire, su alta sierra,
un cierto señorío. Y el cocido.
Parques, y arte en las arquitecturas;
a veces, suerte; otras, desventura.

Veinte años allí. Luego, visitas
que la distancia, el tiempo ralearon.
Tantas copas y noches sibaritas,
¿adónde fueron, dónde se quedaron?
Los colegas, las luces transitorias,
el elegante bar de la terraza,
¿en qué momento hicieron tabla rasa,
erigiendo una línea divisoria?

-- Muy manriqueño suenas. ¿Son los años
que ya no escuchan cantos de sirenas?
-- Como quiera que sea
(negras y blancas y semicorcheas),
pero es verdad que, fuera de elegías,
añoro aquel Madrid de aquellos días.

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