lunes, 29 de febrero de 2016

Lo que no se va en lágrimas...

Como la cartelera de las matinales ofrecía una selección nada atrayente, consideró la alternativa de almorzar fuera.
Dudó entre el Puerto, Valdelagrana, incluso Vejer. Al final, entre indeciso y apoltronado, resolvió no alejarse mucho y, ya en el roadster, resolvíó no alejarse casi nada, y optó por un restaurante que tenía pendiente de probar en el paseo marítimo de su playa.
Respetuoso con su asumida moderación, que ya iba camino del séptimo mes, alargó la copa de Barbadillo con pormenores de rito y parsimonia y, distanciando los sorbos, logró, con ésa sola, coronar a satisfacción el bienmesabe recién frito y una dorada a la barbacoa (ésa era la idea) como no recordaba otra tan buena.
La tarde seguiría ventosa como la mañana pero iba saliendo ya mucho sol y la vista del mar, enfrente, volvía como siempre a llenar los ojos de placer.
Cuando, a los postres, no encontró en la carta el predilecto tocinito de cielo, pidió un café. El camarero le ofreció, por cuenta de la casa, un chupito, licor de hierbas, pacharán o similar, y él se sintió explícito, invencible, al declinar (no, si se pondrá de moda, ya te digo) la invitación con una prudencia que venía mereciendo el
-- Estoy orgullosa de ti, que le decía ella, asombrada de la determinación que casi sin esfuerzo se había propuesto.
Bueno, luego fue al "súper" y compró, a cambio, esas tarrinas de vidrio que traen la artística seducción del tocinito deliciosamente mezclado con yogur. A cambio.
Porque lo que no se va en lágrimas, se va en suspiros. ¿Véis?    

domingo, 28 de febrero de 2016

Ocurrencias Sánchez, Inc.

Si esa consulta tonta que propones
a tus ninguneados militantes
tú mismo adviertes que no es vinculante,
¿para qué exiges que obtenga adhesiones?
Cualquiera puede ver que lo que intentas
es marear a fondo la perdiz
por si con ello quiebras el barniz
del Comité que te ajusta las cuentas;
de los "barones" de ese sanedrín
que, con motivo, no se fía un pelo
de tu cabeza llena de aserrín
y de ambición y "postureo" lelo.
Maniobra tan sosa y tan barata,
tan estéril y boba perorata
que te saldrá ordinaria la cantata
y el tiro, al aire o bien por la culata.

Pedro de mis pecados,
¿en qué taller tallaron tu falacia,
tu acrobacia, tu inerte contumacia,
como quiera que quede el resultado?

COLOFÓN:
(Datos de la ridícula verbena, de lo que "las bases" contestaron a la preguntita, desteñida y vaga de suyo.)
Anoche, por la "tele" informaban del sagaz escrutinio. Y resulta que apenas participó la mitad de los convocados; y de la otra mitad, ¿se dejó embaucar sólo el 80%?
¡Qué birria de éxito, nene!

sábado, 27 de febrero de 2016

La horda cafre que padecemos,

con reiteración, con enconada insistencia, va manifestando su aversión, su reconcentrado odio contra lo que son la religión católica, su naturaleza y sus tradiciones.
Amparándose en la cutre relajación que supone una mal entendida y peor llamada "libertad de expresión", y en una perversa tolerancia, se abre paso con rapidez la creciente de los insultos, las ofensas y escarnios que no hacen sino demostrar la ignorancia soez y la mala uva que va extendiéndose sobre nuestra sociedad.
Y al tiempo que resulta llamativa su movilidad y activa beligerancia, se distingue esta tropa por una cobardía que jamás le permitirá insolencias y pronunciamientos similares contra, por ejemplo, la religión musulmana cuyos más contundentes defensores, lo hemos visto, saben reaccionar de una manera muy opuesta a nuestras mucho menos "civilizadas" que decadentes mansedumbres.
La horda cafre se está aprovechando de la pasmada debilidad de unas gentes que, al consentir la ocupación (¿la okupación?) de las instituciones, se encuentran enseguida con los roñosos rencores que (Madrid, Barcelona, Sevilla, etc.) lo van a poner todo patas arriba para conseguir el diseño de un mapa bastardo y grotesco, de una esperpéntica y malsana "convivencia".

viernes, 26 de febrero de 2016

De la bizarra estirpe

del Cabo 2º Gastador (que con relevante marcialidad ejecutaba el paso gallardo junto a su escuadra, en desfiles y formaciones diversas cuando militábamos en la Armada Española), ha venido a este mundo, cuyas tribulaciones y desmanes conocerá en el futuro, una nieta, nada que ver con una mininiña, tercera de su descendencia, con un peso y unas medidas suculentas que la van destinando a un porvenir de "vedette" o cosa de aún mejor lucimiento.
El suceso, el acontecimiento no deja de ser otra señal del tiempo que al Cabo lo hace de nuevo abuelo, mientras que, para no desentonar, yo subrayo esta tarde (ante el frente de nubes que se ha posado ahí delante y se desconcha con resistencias de sol poniente) con un "cuernito" de hojaldre que absorbe, después de su dorado adicional en la plancha, un generoso toque de mantequilla y un leve pellizco de sal fina.
Y con el soluble favorito, a falta de la maquinita de Clooney, residente en Madrid.
Enhorabuena, Pepe.

-- ¿No te ha parecido muy personal el "blog" de hoy?
-- Ya lo conoces: tiene sus predilecciones; y ese carácter que cuando va por libre... De todos modos, ahí está la prosa, fíjate. 

jueves, 25 de febrero de 2016

Pueriles ufanos, voluntaristas fantasiosos, actores sin convicción

Porque saben que el "documento" (cuyo análisis inunda ahora los periódicos y las televisiones) no parece ir mucho más allá de ser la enumeración ambigua a veces, confusa a veces, elástica y borrosa a veces, de planes, propósitos, medidas teóricas de las que, como poco, no se concreta de qué manera podrán llevarse a la práctica, a la realidad; no se especifica cuánto dinero (casi siempre se trata de eso, a la hora de prometer) va a costar la fiesta y a quién se le va a extraer del bolsillo, con estilo y métodos  de salón de la moda o de abordaje de bucaneros.
Sin contar "todos los pocos que son", si solamente son ellos. Sin reconocer que con trajecitos pulcros de Cortefiel, sonrisas dentífricas y pelito corto o así, del bacalao, se van a quedar con la raspa de unas intenciones que de seguro no son tan buenas, políticos al cabo, como se pintan.
El fragmentado voto de los electores ha dado para esta situación. Y la escasa talla de los "conductores" está dejando en evidencia la estéril e insoportable levedad de esa ruinosa quimera que llaman pluralismo.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Mario e Isabel (3ª entrega)

Hacéis una extraña pareja
de luminarias algo añejas:
la esfinge que estira su piel
aun más allá de lo imposible
y el célebre, otrora doncel,
de la alta pluma inmarcesible.

En anteriores ocasiones
desde mi edad considerable
comprendí vuestras emociones
que comenté con sesgo amable.
Mas al veros rizar el rizo
con cierto empacho de "elegancia",
me va resultando postizo
el olor de vuestra fragancia.
Su traslúcido pergamino
de los pómulos al chumino;
bajo tu cabello nevado,
tu talento, más que probado.

¿Tan difícil resultaría
un pellizco de discreción?
¿No tendría más armonía
menos prensa del corazón?
Obsevando vuestra deriva,
el espectador zozobrante
reconoce a la falsa "diva"
pero no al Escritor de antes.
Como un virus, la vanidad
os derrota en esta pelea:
una discutible "beldad"
y un pobre abuelo que chochea.

Que Dios nos coja confesados
en nuestra atalaya modesta.
Ni un ridículo bien llevado
ni el blanco satín de las noches
salvarán el dudoso broche
que cierra al final vuestra fiesta. 

martes, 23 de febrero de 2016

"Pelis, pelis, pelis"

Dentro de la frecuente asistencia al cine, que el que avisa no es traidor, comentarios:
Y claro que había que ver a Turturro en "Mia madre". Su desquiciado, inestable, peculiar personaje no defrauda, al contrario, y aunque no es lo mejor de esta cinta, a la que no faltarán atribulados refitoleros de la insatisfacción, alérgicos a los sentimientos, que se quejen de esta muestra de cine inteligente, elegante y conmovedor.
La última en cartel de Rocky Balboa ("Creed") tiene la decencia de sostener con corrección y sin alardes una saga ya larga que, a través de décadas, repite el esquema convencional de las "pelis" sobre boxeadores; sobre uno, en particular, que es ya como de la familia. Stallone lo vuelve a plantear con un dejo de veteranía apenas desengañada que podemos agradecer en la cómoda elementalidad de cualquier tarde.
"El renacido" trae ruido espectacular. Lenta y bellísima de imágenes, a la mayor gloria de DiCaprio, cuya reciente visita respetuosa al Santo Padre me parece un ejemplo de buenos modos, tan escasos en nuestros enanos vendedores de soberbia política y de la otra. El film incluye una banda sonora que tiene miga y oficio, en el trance de subrayar con sobriedad los solemnes paisajes, la honda y cruel peripecia del guión.
"Carol" aprovecha la desconcertante y algo fría parsimonia que la Blanchette imprime a su papel de señorona insatisfecha y madraza algo empachosa de gestos, con ribetes aparte de simultáneos amores sáficos. La ambientación, el mobiliario, los guiños son tan apropiados como los que también dan cuerpo y juego a "El puente de los espías", de corte clásico y evocadora eficaz de situaciones y épocas que ya alcanzan a formar parte de nuestro personal recuerdo. De las más convincentes en cartel, y resuelta con sabiduría y competente medida.
Para final, saliéndose muy mucho de lo corriente, está "El abrazo de la serpiente" que con una seductora y sugerente belleza de blanco, negro y gris, propone una insuperable y devoradora selva y el conflicto entre mundos, entre opciones de vida y de metafísicas que ni se entienden entre sí ni habría por qué, válida cada posición en correspondencia con sus propios orígenes, reglas y justificaciones. Hasta la locura de la secta desaforada y pervertidora de una religión trasplantada y no digerida y las atávicas querencias de la tribu caníbal, tiene su particular y, ahora y aquí, abominable coherencia.
Con deciros que el momento de más inesperada y repentina emoción puede llegar (según para quién, claro) cuando, entre los recelos violentos y la desconfianza previsora, el científico alemán y el fraile de la aislada misión se encuentran y se reconocen, se admiten provisionalmente en las frases del hermoso latín sagrado, transmisor secular de las escrituras, de las enseñanzas de un cristianismo para esta Historia de Europa y el mundo que, ojalá, no consigan echar a perder por completo sus siniestros y degenerados enemigos.

lunes, 22 de febrero de 2016

De la frescura rampante y otros atrevimientos

Hay que tener toneladas de jeta
para pedir sin mayor parpadeo
que quien venció, ante ti se someta
y te bendiga el mendaz cachondeo.
Hay que ser cínico, asaz caradura,
para cocer ese sucio chantaje:
-- O me regalas esta investidura
o pactaré con el soviet salvaje.
(Mientras proclamas la burda mentira
de que es el otro el que impide el gobierno,
tañendo con tu lira
tu canción tonta de falso "moerno".)

Y encima un porcentaje
del personal ignaro y maleable
te compra la averiada mercancía,
el caldo rancio y el turbio potaje,
la cháchara vacía
de ese cuento con rostro de cemento
y de añejos rencores miserables.

¿Se volverá en España a la cordura,
a la decencia, al camino modoso,
cuando paguemos todos la factura
de mamoneo tal y tan pringoso?

domingo, 21 de febrero de 2016

Cuestión de piropos

Resolvieron que ese domingo madrileño irían al Rastro, célebre y castizo muestrario de objetos, artículos, sorpresas y antojos que ofrece su fauna humana, casi imposible de superar en su variedad, en su vistosidad llamativa.
Con la idea, a medias definida, de que algo se les ocurriría comprar, como así fue, se sumergieron en el caudal numeroso de visitantes, de ociosos de la curiosidad, de clientes que se demoraban entre los puestos, eligiendo, filtrando, regateando con los, más que ellos, hábiles vendedores transhumantes, chamarileros, comerciantes de la legua, expertos en psicología parda, saberes pragmáticos y mañas picaronas, corte ejemplar y paradigmática de avezados supervivientes y buscavidas, incluso músicos de jazz y otras ensoñadoras cadencias callejeras, cartomantes "orientalistas" y lo que Uds. puedan imaginar, incienso va y alfombra viene.
Hacia el final del paseo, ella le señaló la visión espectacular de una mujer cuya larga melena rizada y de color rubio oscuro sabía que iba a complacerlo. Y lo incitó:
-- Díle algún piropo.
Se negó él en redondo. Tímido incurable, no recordaba haberse atrevido casi nunca a algo así, ni en sus años mozos. Y además, y sobre todo, sintió la certidumbre de que su compañera, en ese detalle, y en los que pudieran aventurarse, sería para él la mejor y la más merecedora, desde luego, de todos los piropos posibles del repertorio. 

sábado, 20 de febrero de 2016

La fiesta de febrero, o sea

Según sostienen, de unos años acá, ciertas opiniones críticas, más aviesas quizá que cítricas, San Valentín ha llegado a ser una suerte de santo apócrifo, una metáfora acaso inflada y propuesta por frívolos e inconsistentes aunque avispados comerciantes y/o mercaderes.
Torres más altas han caído, de menos nos hizo Dios, incluso más vale un toma que dos te daré, hay costumbre (y tanta o mejor tradición que la porquería esa de la tomatina) de que las personas de diferentes adscripciones enamoradas señalen este día de febrero con obsequios y detalles conmemorativos que pueden abarcar desde un ramo de rosas hasta un chocolate con picatostes.
Las múltiples posibilidades que nuestra sociedad ofrece no son obligadamente inalcanzables, como si dijéramos el collar de brillantes o el nuevo Morgan Aero 8, que de modo tan artesano y con tan esmerado mimo se sigue fabricando en la pérfida Albión a 2016, y que es más agradable con caja de cambios manual, porque la transmisión automática de levas es cosa de pijos.
En resumen, no hay que desanimarse y conviene desoír, siquiera parcialmente, las voces desencantadas y aguafiestas de los "listos" que todo lo ven mal. Aunque lo esté.

viernes, 19 de febrero de 2016

Le dimos dos o tres

semanas (más o menos)
a esta especie de freno,
a esta cesura breve
en la andadura leve
y el rumbo de este "blog"
que, un poco veterano,
ya apunta en su reloj
hacia un cuarto verano.
Quizá lo recordéis,
que se estrenó en el trece
y aunque ocurra que a veces
es como el Guadiana
y que desaparece,
semana tras semana
va para el dieciséis.
Henos de Pravia, en fin.
Este jardín espera
izar un banderín;
y unos días de sol
-- con la nueva visera --
o un nublado español,
de esos en si bemol
que en nuestro panorama
los "próceres" inflaman.
Así pues, bienvenidos
los firmes internautas
que no se han aburrido
y que acogen las pautas
que aquí les proponemos.
Mañana seguiremos,
damas y caballeros,
el programa de antes,
todavía en febrero.
Y
claro que Dios mediante.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Compases de espera

Se planta en este "blog" una cesura
con hemistiquios algo irregulares.
En esta etapa de la investidura
-- gran pasarela de los caraduras --
ahora que ya no somos "cierrabares"
destinaremos dos o tres semanas,
que se pueden contar desde mañana,
a recargar las agostadas pilas
y retomar después la retahíla
con el permiso de la autoridad
y si el tiempo, piadoso, no lo impide.
Y si la fiel, cordial curiosidad
aquiescente de los destinatarios
lo tiene a bien y en ello va y coincide,
cuando regresen estos comentarios
(si en Alborán la cosa no empeora)
proseguiremos este itinerario
que, ya digo, descansa por ahora.
Suerte y salud:
a los que están atentos
dejo mi más templada gratitud.
  

martes, 2 de febrero de 2016

Unos y otros

Mucha bronca y con razón:
de Valencia el campanazo
era el postrer culebrón
que le faltaba al PP
para que la peña opine
que son unos cabronazos.
Pero, ¿es frágil la memoria?
¿acaso no existe historia
de que por Andalucía
se evaporaron millones
(los ERES, Mercasevilla,
tantas otras maravillas)
que han hecho archicofradía
de toda bellaquería?
Y esos eran los del PSOE...
¡no te "joe"!
¡Qué tremenda alcantarilla!
Pues, ¿que decir de mis primos,
los del seny catalán,
que parece que no están?
¡Y no se han dado descanso
para llevarse hasta el manso
en comisiones y timos!
Y, por las trazas ladinas,
los nuevos recién llegados
de maneras parlanchinas,
se dice que sin tardanza
van tomando confianza
y también ya la han cagado,
con unas cuentas extrañas
que vienen del extranjero.
Colegas y compañeros,
hay que ver cómo está España.

lunes, 1 de febrero de 2016

Claro que nunca nos lo contaron todo

Ni la verdad de aquella catástrofe, nada lejana en el tiempo, que las huestes canallas del mundo financiero provocaron a escala global, aprovechando una perversa suma de codicia, temeridades e ignorancias, repartidas entre tiburones, inversores y público corriente.
Eso describe, con una mezcla de vértigo y ansia, "La gran estafa". Ahí asoman los nombres que se hicieron célebres con los sucesos y titulares que asustaron a las gentes, los gigantescos embusteros que callaron el desastre, que se demoraron en tirar de la manta para dar tiempo de poner a salvo las escandalosas cifras de sus expolios y trapisondas peligrosísimas. Por más que algunos fueran a la cárcel luego y todo lo cual no sirvió para evitar la ruina de millones de personas que fueron toreadas a base de conceptos y palabrería técnica y maliciosamente abstrusa y, sobre todo, de unas infames intenciones que despreciaron las terribles consecuencias de aquel monumental asalto, en cuya factura galáctica pringamos, cuándo no, todos.
Y al final, no es imposible que, torpes y no escarmentados, el fenómeno se repita más adelante, quizá a no mucho tardar, si observamos las convulsiones crecientes que pululan en esta selva que sigue siendo nuestro día de hoy.