Que cualquiera puede elegir o sucumbir a antojos,
marquitis, querencias. Lo sabemos.
Sobre fondo negro (esa acreditada, prestigiosa, selecta y
clasista etiqueta negra) aspiró al y se afincó en el oro de sus iniciales, de
su logo, rampante y emergente en una época ecléctica en la que todo y nada
pudiera valer, servir, asentarse.
En esos años, ¿quién habría podido predecir la
vertiginosa decadencia y el cutrerío final, el aire romo y adocenante que nos
aguardaba con alevosía, y como una maldición de Jehová sobre Sodoma, Gomorra,
Alcaudete, lo que fuere?
Y no obstante, aquellas tres letras entrelazadas, en
variados productos/iconos de consumo, ejercieron en él un tan inexplicable como
pasajero aunque sedimentado influjo; y luego se sorprendería analizando los
reflejos, los ecos de aquella transitoria, casual, a todas luces impropia
fascinación, cuando a veces, de manera imprevista, todavía con sorpresa las ve
asomar donde nadie (¿nadie?) lo espera: JPS.
Un lector preguntó: “¿Jesús
puede salvarte?”
Y la respuesta fue: “John
Player Special”.
(Entre dos o más aguas, el Hipocampo hoy divaga.)