miércoles, 28 de diciembre de 2016

Cuando te veo

En tu torso, el relieve
de unos senos tan breves
que apenas se señalan.
Y por tus pantorrillas
la doble maravilla
curva, de colegiala.

Luego, los rizos persas,
la cobriza y diversa
melena seductora
que en conflicto parece
y, al cabo, se merece
tu encanto de señora.

En brillo y en tamaño
no han mermado los años
la magia de tus ojos,
su expresiva intención
que, de este corazón,
liberan los cerrojos.

Y así, cuando te veo,
me vuelven los deseos
de decir lo que callo.
Mas la edad nos separa:
¡Quién pudiera y mirara
y jamás al soslayo,
sin haber nunca nada!

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