domingo, 19 de julio de 2015

De verdad, que no la encuentro



Es un alivio sentir
que el “sector crítico” observa
y que en cualquier tropezón
siempre permanece alerta.
Nadie es perfecto y tal vez
yo un poco menos que nadie:
garantizo solamente
la intención.
Y, con todo, me pregunto
dónde la “ese” comí.
He revisado con láser,
microscopio y berbiquí
las frases que desde aquí
con el Hipocampo emito,
y no encuentro dónde fui
inadvertido, relapso;
cuándo sufrí, ay de mi,
tal transitorio colapso.
Declaro que estoy contrito:
si de verdad se demuestra
el despiste señalado
me asomaré a la “finestra”
y me tiraré de lado.
Aunque es posible también
que un tecnológico error
me haga parecer menor
de lo que soy: lo fetén
es 1´80 y los 100
cumplidos y largos kilos.
Mi suerte es que me han contado
que con esas coordenadas
tengo aprobada la entrada
al Monasterio de Silos,
do, sin pausas y sin prisas,
ya me lo dirán de misas.         

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