domingo, 29 de marzo de 2015

Entretenimientos



El día de la mujer trabajadora; el día de la infancia; el día del orgullo “gay”.
El día de apagar, unos minutitos solamente, la iluminación de los monumentos célebres del mundo mundial para creernos que de verdad andamos preocupadísimos por la ecología y así…
En estas delicadas acrobacias del simbolismo nos vamos entreteniendo, guerras aparte.
Yo, anoche lo celebraba con jamón ibérico al horno, queso roquefort y ginebra con limón.
Y hoy, esta mañana de domingo, a los mirlos cantores de las siete, los silenció la niebla que se vino del mar a las ocho, que ahora son de repente las nueve, porque tenemos otra vez el pequeño rito chorra de cambiar la hora en los relojes de la casa. (El Plegablito, que es listísimo, la cambia sin ayuda.)

Otras mañanas de domingo, cuando despertábamos,
yo percibía
el brillo de tu primera mirada,
la cara interna de tus muslos.
Y me parecían señales del Paraíso.  

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