Ya sabéis, estas fechas en las que la más sofisticada hipocresía quiere conmover lo que nos queda de "conciencia solidaria" y bla, bla, bla, y entonces instituciones benéficas y similares montan la noche de que nadie se quede sin cenar, que es lo que habría que corregir el resto de las noches del año.
Churras con merinas aparte, con los dos o tres millones de multa que en la "tele" dicen que le habrían puesto al "honorable" (risas nutridas y tumultuosas) Pujol -- en caso de no haber escurrido el bulto con la escandalosa ley de prescripción de delitos --, alguna cena de esas podría haberse, acaso, organizado. ¿O no?