El Hipocampo se propone
una pausa deliberada
y, como otrora, ahora recurre
a palabras descoyuntadas:
son esos versos juguetones
con cadencia de trote corto,
de inesperadas direcciones
y de destino un poco absorto.
Que no se pierda esta conexión,
mientras "que Dios reparta suerte",
es deseo y es intención
voluntarios y nada inertes.
No mucho más de una semana,
y encontraros por aquí
y reanudar esta caravana...
¿será que sí?
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